La figura de ocho metros del indio Amalivaca (creador del río Orinoco y del viento) y un ritual chamánico sirvieron como punto de partida de la última jornada del Festival Viva Venezuela Mi Patria Querida, cuyo acto central de cierre se realizó en la plaza de Catia en la capital.
El indio fue operado desde una grúa dando pasos entre la multitud; al tiempo que una representación de los pueblos indígenas acompañó a la gran figura. Asimismo, a la par entró un grupo teatral, también inspirado en elementos indígenas, hasta la tarima instalada en el lugar. Un grupo de niños completó el cuadro inicial de la jornada de despedida, bailando al ritmo de la música escogida.
Desde Lara se presentó la tradición de Los Zaragozas y Los Tamunangueros, antes de que la legendaria agrupación Carota, Ñema y Tajá ofreciera un repertorio en honor a Adelis Freites, una de sus figuras principales.
La agrupación se llevó una buena cantidad de aplausos al interpretar su emblemática canción El espanto y, luego, el bis con Los dos gavilanes.
Durante la jornada de cierre se informó que, durante los 10 días que duró el Festival, se ofrecieron actividades en 87 espacios, se hicieron 65 conciertos, con 353 participaciones comunitarias, en las cuales participaron 600 agrupaciones, tanto nacionales como extranjeras, y se dictaron 131 talleres de formación.
El encuentro se inauguró el viernes 10 de mayo en el estadio Monumental Simón Bolívar, con la participación de 35 mil artistas de todo el país.
También durante la velada catiense habló el ministro para la Cultura, Ernesto Villegas, quien dijo que estaban dando cierre al festival que no solo enalteció a la venezolanidad, sino también a los cultores.
Villegas afirmó que los artistas venezolanos “se convirtieron en resistencia. Han podido sucumbir ante la fuerza del mercado y de la transculturización. Más bien, se dieron a la tarea de cultivar su San Juan, su San Pedro, su arpa, su cuatro, sus maracas, sus décimas. Y eso nos convierte en un pueblo indestructible”, dijo.
En la plaza Sucre también estuvo el icónico cantante venezolano Jesús Sevillano, el Grupo folklórico palestino de danza y la agrupación zuliana Cardenales del Éxito.
La argentina Teresa Parodi fue una de las figuras centrales en la parroquia Sucre. Guitarra en mano, comenzó su presentación sobre las 8:30 pm. “Muchas gracias Venezuela. Estoy muy feliz de poder cantar, por primera vez para ustedes. Había cantado en toda América menos aquí. Por eso me daba mucha ilusión. Amo la música de Venezuela, porque tienen una riqueza cultural admirada en toda América”, dijo.
Acto seguido le dedicó su presentación a Cecilia Todd a quien definió como “mi amiga y compañera de ideales”.
La jornada dominical comenzó temprano en los jardines de La Casona Cultural, donde la brasileña Teresa Cristina ofreció un recital. “Estoy muy contenta de estar aquí con Carlinhos 7 Cordas, un gran instrumentista brasileño, en este Festival”, dijo al tiempo que sus colegas venezolanas Daisy Gutiérrez y Berenice del Moral también ofrecieron una muestra de lo que es su repertorio de música venezolana.
La cinta costera vibró
En La Guaira el público se reunió en torno a la Cinta Costera Oeste, donde se instaló una tarima que desde el atardecer recibió a artistas nacionales y foráneos.
La música tradicional de região, de Angola; Los Tucusitos, Nueva Esparta y sus cantares, Un solo pueblo, Viva Venezuela de Naiguatá y Parrandomanía, Alexander Viana fueron los encargados de poner la música para que los litoralenses pudieran disfrutar de unas presentaciones enmarcadas en la primera edición del Festival Viva Venezuela.
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