El disfrute de golosinas tiene su precio. Está comprobado que la ingesta excesiva de chucherías en niños y adultos, implica el riesgo de padecer enfermedades como: hipertensión, obesidad, diabetes, afecciones cardiovasculares, entre otros. Sin embargo, “no se puede coartar a un niño de ese disfrute típico de su etapa de vida”, concede la nutricionista María Pérez Silva, para quien el secreto está en hacer del consumo de golosinas un acto eventual y no habitual dentro de la dieta diaria. Lo recomendable es aprender a identificar las opciones más sanas y evitar las perjudiciales. Para la nutricionista Pérez, los dulces hechos en casa con ingredientes naturales siempre son la mejor decisión. No obstante, existen opciones a la venta en mercados, quioscos, cines y otros locales con aportes nutricionales, “que no aplican para niños sometidos a regímenes especiales y que pueden consumirse con moderación”.
CEREALES: en barra, caja o bolsita, son ricos en fibra y minerales. Los ideales son los que contienen pasas, avena, linaza y otros ingredientes nutritivos.
BOLSITAS CON SEMILLAS: almendras, ajonjolí, avellanas y, sobre todo las nueces, son grasas “buenas”, que previenen el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
FRUTAS DESHIDRATADAS: como el albaricoque, piña, orejones, ciruela, cambur, dátiles. Conservan todas las propiedades vitamínicas de las frutas naturales, con excepción de la vitamina C.
CHOCOLATES: el chocolate negro, no mezclado, contiene antioxidantes, los tubitos o barras contienen leche que aporta calcio, contribuyen a la oxigenación cerebral y al aumento de endorfinas. Por su alto contenido calórico lo aconsejable es comer un cuadrito al día.
GELATINAS: en variedad de colores, son fuente de proteínas y de colágeno.
HELADOS: se recomiendan los de frutas en lugar de los cremosos que, si bien tienen el calcio de la leche, son altos en grasa.
LAS MENOS RECOMENDADAS
“Los caramelos, chupetas, chicles, gomitas comerciales, donas, churros y dulces de pastelería, forman parte de los llamados carbohidratos. Son calorías, a base de glucosa, sacarosa y fructosa, que resultan altamente dañinas, el organismo sólo es capaz de procesar una pequeña cantidad y el resto se acumula como tejido adiposo. Además de padecer de obesidad, la facilidad con que se pegan a los dientes propicia la formación de caries”, señala la especialista, quien recomienda también limitar el consumo de bebidas gaseosas.
NOTA: Prefiere endulzar con miel de abejas, papelón o azúcar morena (que no son procesadas) en lugar de azúcar refinada o blanca.
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