Siempre se ha dicho que en el proceso de toma de decisiones el odio y la desesperación son una pareja emocional. Ninguna de las dos son buenas consejeras si de lo que se trata es de construir una estrategia de acción, pues hacen cometer errores tras errores, con una particularidad: jamás reconocerán que no actuaron de manera correcta y que los resultados de esa equivocación es simplemente producto de la mala suerte.
Cuando nos ponemos a reflexionar sobre los supuestos argumentos que el antimadurismo más radicalmente antichavista está utilizando para asegurar que “están ganando fácilmente” las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, nos encontramos que ellos se basan, en primer lugar, en mostrar una serie de fotos tomadas, “presuntamente auténticas”, en los recorridos que está realizando la oposición más radical por algunas ciudades del país y que ellos mismos afirman son multitudinarias.
Una de las estrategias empleadas por el comando de campaña del candidato tapa-afiche, es la de intentar confundir a las personas que no han asistido a sus recorridos al mostrar una serie de fotos colocadas en las redes sociales, en las que “se visualiza” que las visitas hechas por “la candidata que no es candidata” son las más grandes concentraciones efectuadas en toda la historia política venezolana. Aseguran que están rompiendo todos los récords de asistencia, ya que no bajan de 100 mil personas por movilización…
Sin mencionar que toman las fotos en calles angostas para dar entender que son “unos llenazos”, y si a esto le agregamos que en estos días surgió un hecho demasiado sospechoso, cuando colocaron una foto en las redes sociales de un supuesto acto político en la ciudad de Valencia, que posteriormente fue desmentido al descubrirse que era un foto tomada de una concentración realizada hace 15 años, el panorama se hace cada vez menos creíble.
En segundo lugar, quieren dar a entender que el chavismo les quiere arrebatar el triunfo electoral a “la derecha venezolana”, porque se están inventado unos estudios de opinión llevados a cabo por unas encuestadoras fantasmas que afirman la existencia de una clara y abrumadora ventaja de 50% de diferencia a favor del candidato presidencial tapa-afiche.
Por lo tanto, si gana el chavismo, no piensan reconocer los resultados.
Politólogo
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