Limpieza, sí, es el primer propósito al momento de lavarte el cabello, pero este proceso no se detiene allí: humectar y fortalecer son también verbos a conjugar al momento de someter tu cabello a la ducha y productos destinados para su pulcritud y sustento. Debes saber que si lavas el cabello más de la cuenta o si usas demasiado champú puedes resecar, así como si lo secas lo estrujas lo estarás dañando o quebrándose. No trates a tu pelo como a un enemigo con la toalla o ataques a tu cuero cabelludo con las uñas.
La frecuencia con la que se debe lavar el cabello dependerá de las actividades que realices y del lugar en el que vivas o trabajes. En un ambiente normal, se debería lavar unas dos veces por semana. Si no, lo mejor es lavar el cabello unas tres veces por semana. “Si por alguna razón hay que lavar el cabello todos los días, lo mejor es utilizar productos específicos para el lavado diario, ya que los otros pueden ser demasiado fuertes para una limpieza tan frecuente”, comenta la esteticista Ana Fuentes Torrealba, añadiendo que el champú elegido debe tener poco detergente, en la actualidad se pueden conseguir productos a base de hierbas que son menos agresivos para el cabello.
Tampoco hay que abusar de la cantidad. “Esto no influye en la limpieza y solo se logra alterar los aceites naturales del mismo”, apunta Fuentes. Es crucial utilizar el champú adecuado para cada tipo de cabello (graso seco, normal, mixto) y el resultado que se desea obtener (rizos, lacios, volumen, etc.). Tampoco se debe emplear agua fría o caliente, solo tibia, y no es conveniente aplicar el champú directamente sobre el cuero cabelludo, la mejor opción es hacerlo primero en la manos y luego aplicarlo sobre el pelo. El cabello debe estar muy bien mojado cuando coloquemos el champú sobre él, para que actúe mejor.
Aprovecha el lavado para una terapia estimulante, de movimientos rápidos y firmes. “Después del proceso, el secado debe realizarse con una toalla pero sin estrujar demasiado, el cabello húmedo se vuelve muy frágil”, señala la especialista, quien acota que, una vez aplicado el champú, se debe lavar el cabello con suaves masajes realizados con las yemas de los dedos sobre el cuero cabelludo. Estos masajes estimulan la circulación. Eso sí: nunca debes utilizar las uñas.
El enjuague del cabello es muy importante. Hay que dar tiempo al agua para que arrastre todos los restos de champú; tras enjuagarlo una primera vez, habrá que repetir la operación del champú, es decir, lavarse dos veces con este producto antes de aplicar el enjuague. Luego, aplicar el acondicionador o crema enjuague solo en las puntas y a lo largo del cabello, no sobre las raíces. Masajear un poco, dejar actuar y volver a aclarar hasta que el agua salga completamente limpia. El secado del cabello debe realizarse con una toalla pero sin estrujar demasiado, el cabello húmedo se vuelve muy frágil. Lo ideal sería dejarlo secar en forma natural y sin secadores.
PARA UN BUEN LAVADO
1- Procura cepillarte el cabello antes de comenzar a lavarlo, con esto se ayuda a eliminar sucio y restos de piel muerta. Además evitarás enredar el pelo.
2- Trata de mojar tu pelo con suficiente agua.
3- No uses demasiado champú, solamente una pequeña cantidad, colócala en la palma de tu mano y procede a aplicarlo usando las yemas de tus dedos y dando un suave masaje.
4- Procura utilizar las yemas de los dedos y no las uñas. Comienza masajeando la raíz del cabello y poco a poco va extendiendo por todo el pelo. Las raíces necesitan más limpieza que las puntas porque están más sucias.
5- Mójalo con agua sin estrujarlo hasta eliminar por completo la espuma, el agua caliente reseca el cabello y le quita brillo. El agua caliente abre las cutículas del pelo, el agua fría o al tiempo las cierra dejando el pelo más sedoso y brillante.
6- Repite el lavado para que quede perfectamente limpio si crees que lo necesitas. Pero no lo hagas como rutina, no hay necesidad.
7-Si necesitas acondicionador procede a utilizarlo. El pelo graso a veces puede no necesitarlo. Si tienes el pelo fino usa un acondicionador para tu tipo de pelo porque algunos acondicionadores pueden hacer que el pelo se aplaste.
8- Seca tu pelo con una toalla pero no lo estrujes solamente apriétalo. Antes de cepillarlo usa un peine de dientes abiertos o los dedos. De preferencia seca de forma natural no con secadora. El calor daña el pelo
9- No te dejes la toalla enrollada en la cabeza después de lavarlo porque el pelo no queda bien.
10- Si tu pelo está dañado, usa acondicionadores profundos o mascarillas.
FUERZA Y VOLUMEN
Si deseas conseguir fuerza, vigor y volumen, el cabello se debe de lavar con un champú suave y neutro, rico en agentes energizantes. A continuación, se debe secar con una toalla y aplicar un tratamiento de proteínas por raíces, medios y puntas. Para potenciar el volumen del cabello, se peina ahuecando la raíz y se deja actuar bajo el secador. Pasados de diez a veinte minutos, se envuelve el cabello con una toalla caliente, mientras se realiza un masaje relajante en la espalda, cuello y cervicales. Acto seguido, se lava el cabello con un champú rico en zumo de hoja de aloe y aminoácidos, estos componentes aportan flexibilidad y fortaleza al cabello.
TIPS
• Por cada tipo de pelo hay un tipo de champú. Prefiere el más recomendable para tu tipo. Pero si tu pelo es graso no necesariamente necesitas champú para pelo graso puedes usar para normal si te lavas el pelo con frecuencia.
• Usando la cantidad adecuada no se gana nada usando cantidades más grandes. No es necesario poner tanto químico en el pelo porque se puede dañar.
• En el último enjuague del pelo puedes agregar gotas de vinagre o limón para darle más brillo.
• Si tienes el pelo teñido utiliza productos que te brindan hidratación y ayudan a la permanencia del tinte (productos para pelo teñido).
• Una vez al mes puedes ponerle una cucharadita de bicarbonato de sodio al champú para que exfolie el pelo y eliminar residuos o puedes usar un champú clarificador.
NOTA: Para un cabello brillante se precisar lavarlo con un champú suave neutro y rico en aceites orgánicos
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