Adrián Delgado se ha dedicado a las artes escénicas por más de 25 años. El actor de teatro, cine y televisión ha logrado interpretar grandes y recordados personajes, tan distintos entre sí como el agua y el aceite.
El intérprete, de 47 años de edad, que inició su carrera en el programa infantil ‘Nubeluz’, suma a su larga trayectoria participaciones en producciones como ‘A todo corazón’, ‘Las González’, ‘Guerra de mujeres’, ‘Se solicita príncipe azul’, Voltea pa’ que te enamores’ y ‘Vieja yo’, que actualmente es retransmitida por Venevisión.
‘La mentira’
En el teatro, Delgado también ha logrado destacarse en piezas como ‘Vidas privadas’, ‘Hércules, el musical’, ‘Hollywood Style’, entre otras. A esta lista de proyectos se le suma la obra de comedia y suspenso francesa ‘La mentira’, escrita por Florian Zeller.
En el montaje, donde Adrián es el protagonista, también figura actores como Patricia Schwarzgruber, Mariángel Ruiz y Augusto Segnini, quienes subirán a las tablas el próximo 19 de septiembre.
La trama sigue a Alicia (Ruiz), quien sorprende a Miguel (Segnini), marido de su mejor amiga Laura (Patricia), con otra mujer la misma noche que van a cenar con la pareja. Mientras su pareja Paul (Delgado), insiste en que no cuente el secreto, Alicia se ve ante el dilema de decir la verdad o callarse, asunto que afectará a ambos matrimonios.
—¿Qué le pareció llamativo del montaje ‘La mentira’ para ser parte del elenco?
—Lo que me llamó la atención de ‘La mentira’ fue la profundidad de sus personajes y cómo la obra aborda un tema tan relevante en nuestras vidas como la verdad y las relaciones. La oportunidad de llevar a escena una obra del ganador de un Óscar es única. La mezcla de comedia y drama que nos presenta Florian Zeller es fascinante, además de trabajar con un elenco talentoso y volver a ser dirigido por Carlota Vivas. Creo que es una combinación de factores maravillosos.
—La comedia tiene como eje central de su propuesta la interrogante: ¿es posible construir una relación romántica genuina sin recurrir a la mentira como apoyo? ¿Qué opina de eso?
—Es una pregunta que resuena en la vida de cualquiera y me lleva a reflexionar sobre la naturaleza de las relaciones. Creo que la conexión entre las personas es compleja y, aunque las mentiras pueden parecer una solución a corto plazo, a la larga podemos ver cómo socavan la confianza y la autenticidad. La verdad debe ser la base de cualquier relación sana. A través de la comedia, podemos explorar este dilema de una manera que nos invite a la introspección, permitiendo que el humor abra nuestros ojos a realidades que a veces preferimos evitar.
—¿Qué pensó cuando le presentaron el papel y de qué trata?
—Al recibir la propuesta para el papel, experimenté una mezcla de emoción y desafío. Mi personaje es complejo, lleno de contradicciones. Me sedujo la posibilidad de explorar la vulnerabilidad de los personajes, una vulnerabilidad que todos podríamos experimentar. La esencia de la historia, que trata sobre el deseo de lo prohibido, llamó mi atención profundamente y me inspiró a interpretar a este personaje con la autenticidad y el compromiso que merece.
—¿Cómo fue la preparación para su personaje?
—La preparación ha sido una experiencia enriquecedora. He pasado horas reflexionando sobre experiencias de amor y desamor propias y ajenas, buscando momentos que revelen la esencia de la verdad. He realizado ejercicios para explorar emociones ocultas y conectar con los sentimientos genuinos que quiere transmitir el personaje. Este proceso me permitió no solo entender a Paul, mi personaje en la obra, sino también sumergirme en la historia de una manera que resultara auténtica y conectara con el público.
—¿Qué significa para Adrián Delgado ser actor?
—Ser actor es para mí mucho más que interpretar un papel, es un viaje hacia la autenticidad y la conexión humana. También implica una responsabilidad: contar historias que toquen el corazón, que generen reflexión y que nos conecten como seres humanos en nuestra búsqueda de respuestas, realización personal y espiritual. Es mi pasión, mi trabajo, mi escape y mi estilo de vida.
—Con tantos años en el medio, ¿cómo enfrenta cada trabajo?
—Cada nuevo proyecto es como abrir un nuevo capítulo en un libro, y lo enfrento con la emoción de un niño y la sabiduría adquirida a través de los años. Intento dejar atrás las experiencias pasadas y sumergirme completamente en el presente, permitiendo que cada papel me transforme. Este enfoque me mantiene alerta y apasionado, siempre dispuesto a aprender y contribuir al arte de contar historias.
—Hasta ahora, ¿cuál ha sido su experiencia más satisfactoria en teatro o en TV?
—Cada experiencia tiene su propio valor, pero hay algo sagrado en el teatro. Recuerdo una obra en particular donde cada noche se convertía en un ritual, en una conexión palpable con el público que me llenaba de emoción. La risa, los suspiros y cada reacción del público creaban un diálogo íntimo y único que se quedaba en mi corazón y en mi mente mucho después de que se bajara el telón. Momentos como esos son los que me recuerdan por qué elegí este camino.
—Ya son muchos los personajes interpretados a lo largo de su carrera en TV y en teatro, ¿cuál recuerda con cariño y por qué?
—Hay un personaje que siempre llevaré en el corazón, pero ese me lo reservo. Me dio muchas alegrías personales y profesionales, pero digamos que es mi consentido solo por cosas de uno, por capricho, porque en general todos los personajes que he tenido la fortuna de interpretar me han llenado plenamente como actor y como ser humano. Lo más bonito de esta profesión no sólo son las historias que uno interpreta, sino las hermosas personas que uno conoce en este viaje maravilloso. Esas son las experiencias que realmente valoro en mi trayectoria.
—Una de las tentaciones constantes de los actores es sobre la dirección, ¿tiene algún interés en la dirección?
—Absolutamente. La dirección me fascina porque es una forma de contar historias desde un ángulo diferente. Me gustaría tener la oportunidad de crear junto a los actores escenas y montajes memorables, donde prevalezca la verdad, lo sincero y profundo de nuestro arte. La idea de ser parte del proceso creativo desde esa perspectiva me entusiasma, ya que creo que cada historia merece ser contada con pasión y dedicación.
—¿Qué viene para Adrián Delgado?
—El futuro para mí es un lienzo en blanco, lleno de posibilidades, una de ellas también es la dirección. Estoy trabajando en varios proyectos emocionantes y estoy ansioso por dar vida a nuevas historias. Espero seguir creciendo, explorando diferentes géneros y formas de expresión, aunque te confieso que me encanta la comedia. Quiero compartir experiencias que resuenen con el público, historias que nos hagan reír, llorar y, sobre todo, reflexionar sobre la complejidad de nuestra humanidad.
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