De verdad que la ultraderecha venezolana no sufre de pena ajena y definitivamente se sienten muy orgullosos de que sean acusados de traidores a la Patria, ya que en estos momentos están celebrando por todo lo alto que el insurreccional dólar paralelo se está manejando en las transacciones comerciales de manera ilegal e inescrupulosa en un rango de 47 a 50 bolívares por cada dólar.
Lo cual los hace sentir muy felices, ya que para los extremistas antichavistas se sienten extremadamente satisfechos por el papel destructivo e inflacionario de su consentido dólar paralelo, utilizado con el firme propósito de alterar la buena marcha de la economía nacional, encareciendo todos los días el precio referencial en dólar de todos los productos, con la altísima complicidad y colaboración de comerciantes inescrupulosos que disfrutan muchísimo, porque obtienen ganancias extras cuando “venden a 50 bolívares y compran a 37 bolívares”.
Para los mercados cambiarios, resulta muy preocupante esa gigantesca brecha entre el llamado dólar BCV, que se encuentra alrededor de los 37 bolívares y el dólar paralelo en sus distintas modalidades y nombres, que sobrepasan de los 47 bolívares por dólar, lo cual es una diferencia entre uno y otro de un poco más de 25%, y que lo hacen “fríamente calculado” como una forma de presionar el dólar oficial a “que no se aleje mucho” del dólar paralelo, terrorista y golpista.
Eso significa que las personas que manejan el dólar paralelo desde el eje Miami-Madrid, su interés fundamental es atacar la moneda nacional, presionando a la devaluación continua del bolívar, ya que no les importa todo el daño que ocasiona a la economía venezolana, porque la perversa idea del extremismo apátrida es generar la mayor suma de molestias en la población, para que la extrema derecha pueda capitalizar el descontento popular, porque no termina de estabilizarse la calidad de vida de las y los trabajadores venezolanos, que luchan por mejorar sus ingresos salariales.
Definitivamente que “el dólar paralelo” es un arma muy peligrosa y efectiva, que tienen los sectores políticos y económicos más reaccionarios para intentar crear “las condiciones objetivas”, a fin de apuntalar un posible golpe de Estado en Venezuela.
Politólogo
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