En Venezuela la Navidad tiene un sabor único, el de la hallaca, y tiene un rimo que es igualmente especial: el de la gaita. Este contagioso género musical es mucho más que una simple melodía, es un reflejo de la idiosincrasia, las raíces y de la alegría de todo un pueblo.
A lo largo y ancho del territorio venezolano se encuentra una rica diversidad de gaitas, cada una con su propio sabor y personalidad. Con sus influencias africanas, indígenas y europeas, este popular sonido se ha regionalizado a tal punto que enriquece el vasto panorama musical de nuestro país.
No obstante, es la gaita zuliana el ritmo más popular y representativo en ámbito nacional. Su contagioso ritmo, sus letras jocosas y satíricas, y la pasión con la que se interpreta la posicionan como un emblema de la identidad venezolana.
Del Zulia para el mundo
La zuliana, sin duda, es la más reconocida dentro y fuera de Venezuela. Con su inconfundible combinación de furro, cuatro, maracas y charrasca, ha conquistado los corazones de millones gracias a voces como la de Betulio Medina, Neguito Borjas o el inmortal Ricardo Aguirre, el “Monumental”.
Sin embargo, dentro de esta gran familia encontramos subgéneros como la gaita marabina, la perijanera o la del sur del Lago, cada una con sus particularidades que la hacen única.
- Del Furro o Marabina: Considerada la más tradicional, se caracteriza por su ritmo de 6/8 y la utilización del furro, un instrumento de percusión de origen africano.
- De Santa Lucía: Profundamente arraigada en la religiosidad popular, esta gaita rinde homenaje a la santa patrona de los músicos.
- Tambora: Con un origen más antiguo, la gaita de tambora es esencialmente devocional y está dedicada a Dambalá, una deidad africana sincretizada con Santa Lucía.
- Tamborera: Surgida en la década de los 70, la gaita tamborera presenta un ritmo más bailable y melodioso.
- Perijanera: Como su nombre lo indica, es originaria de la región del Perijá. Se destaca por sus letras bucólicas y su conexión con la naturaleza.
Un sentimiento nacional
Si bien la gaita zuliana acapara gran parte de la atención, otros estados del país también cultivan este género con gran fervor.
La gaita margariteña, la gaita falconiana y otras expresiones regionales enriquecen el panorama musical venezolano y demuestran la diversidad cultural del gentilicio.
La gaita margariteña presenta un sonido más suave y melodioso en comparación con la gaita zuliana. Sus letras suelen ser más románticas y sentimentales, y sus ritmos se adaptan a las tradiciones musicales de la región insular. Los instrumentos típicos incluyen el cuatro, las maracas, el furro y la tambora, pero también se incorporan elementos de la música llanera y del calipso.
Por su parte, la gaita falconiana se caracteriza por su ritmo acelerado y sus letras jocosas y pícaras. Los instrumentos predominantes son el cuatro, las maracas y la tambora, y sus temas suelen hacer referencia a la vida cotidiana, el amor y la sátira. Este subgénero ha experimentado una gran evolución en los últimos años, fusionándose con otros géneros musicales y adaptándose a los gustos contemporáneos.
En los estados orientales del país, como Anzoátegui y Sucre, también se hace una variante de la gaita que incorpora elementos de la música llanera y del calipso. Las letras suelen ser más improvisadas y los ritmos más bailables.
En Táchira, Mérida y Trujillo este género se fusiona con elementos de la música andina, dando lugar a un sonido único y melancólico. Las letras suelen hacer referencia a la naturaleza, el amor y la vida en la montaña.
Finalmente, en Caracas y otras ciudades del centro del país se ha desarrollado una escena gaitera que fusiona elementos de la gaita tradicional con otros géneros musicales, como el rock y el pop, o sonidos tan únicos como el de Melody Gaita, agrupación icónica que ha dejado huella en el país con sus letras llenas de jocosidad y una puesta en escena única.
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