El Nobel de la paz para el odio


Existe un conjunto de individuos e individuas opinadores, youtubers o seudoperiodistas que, desde sus bases en el exterior, principalmente Miami, despliegan sus aspas escatológicas contra la Revolución y las oposiciones. Hay que tener estómago de hierro para poder visualizar uno de esos programas completos.

Son una especie de Laura en América pero no de una galería de monstruos, sino de falsedades, injurias, mentiras y especulaciones. Denuncian hechos de corrupción sin presentar un solo dato, ni siquiera un hilo argumental verosímil, pero ni siquiera de lo que realmente se sabe o se ha juzgado incluso.

No discriminan, su inmundicia es lanzada contra personas de oposición o del Gobierno. No hay manera de que alguien con alguna claridad mental crea lo que dicen, pero lo que es peor es que todo es ofensa, no hay información de ningún tipo, es una retahíla de descalificaciones: el país es una mierda total, pero no lo demuestran.

El único objetivo claro de estas y estos habladores es pedir una intervención militar gringa, no tienen ninguna táctica y menos una estrategia.

A veces invitan “expertos”. Dedican horas en diseños de golpes de Estado, intervenciones militares y rebeliones populares. Catálogos de enfrentamientos entre sectores de la oposición o del Gobierno. Unos pronósticos de tensión y explosiones sociales, atentados presidenciales, estrategias opositoras infalibles o la terrible torpeza o conchupancia entre Gobierno y oposición.

Desde sus sillas de gamer expulsan chorros de excremento desinformativo para confundir y atizar el odio contra todo el mundo. Es la indignidad suprema de sobrevivencia, sin una pizca de creatividad o crítica.

Su enajenación mental llega a extremos de creer que, desde su inmoral superlativa, pueden decirles a los dirigentes de oposición lo que deben hacer. Si como ellos pregonan, sin un solo dato, existiera una sanguinaria narcodictadura en el país, se atreven a pedirle al pueblo opositor y sus líderes planificar una rebelión social e inmolarse por ellos que verán en la comodidad de sus casas en El Doral “la brutal represión del régimen contra el pueblo humilde de Venezuela”.

Uno se pregunta ¿será tan estúpida la Central de Inteligencia Americana para mantener a esta gente? ¿y sus enajenados patrocinantes? Alimentan con excrecencias viscerales al fanatismo crédulo. No drenan insatisfacciones, son coprolitos desinformativos.

La entrada Coprología de la desinformación se publicó primero en Últimas Noticias.


ultimasnoticias.com.ve

Ver fuente