Han pasado ya 12 años de la siembra del Comandante Eterno, Hugo Rafael Chávez Frías, que no solo cambió el destino de nuestra nación, sino que también se convirtió en una referencia política en otras fronteras, por ser el líder de la Revolución Bolivariana, humanista y justa.
Chávez mantuvo como norte la atención de las poblaciones más vulnerables, con la creación de políticas y programas sociales, además de organizar y capacitar al pueblo, para cumplir funciones de cogobierno, con la transferencia de poderes, como así se ha cumplido con la creación de consejos comunales, comunas y movimientos sociales.
También centró sus esfuerzos en la defensa de la patria de Bolívar, de los enemigos internos y externos. Conocí al comandante Chávez en mi paso por la Academia Militar de Venezuela, era un cadete de los años superiores y mi supervisor inmediato.
Volví a saber de Chávez aquel 4 de febrero de 1992, haciéndose responsable de la rebelión militar contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez y sus políticas neoliberales, y exclamando su célebre frase “por ahora los objetivos planteados no fueron alcanzados”, que sirvió de inspiración para despertar en el pueblo venezolano la esperanza de un cambio, que se concretó en el año 1998, cuando fue electo presidente de Venezuela, hasta el día de su siembra y cuyo legado se mantiene en resguardo de su pueblo y del presidente Nicolás Maduro.
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