"Oops!… I Did It Again", un fenómeno de la cultura pop


La princesa del pop Britney Spears revolucionó la cultura pop juvenil el año 2000 con el «Oops!… I Did It Again», el tema bandera de su esperado segundo disco.

La canción, que vio luz oficialmente el 11 de abril de aquel año, está nada menos que en su 25 aniversario, pero además, consolidó a Britney como una figura clave en la industria musical.

El sencillo indicó el estruendoso camino de éxitos del disco homónimo, lanzado en mayo del 2000. Otros de los temas en esta joya del pop que pegaron son «Lucky» y «Stronger».

Envejeció bien

Sin duda alguna «Oops!… I Did It Again» a sus 25 años se mantiene como un referente del pop bublegum clásico. En este sentido, ha sobrevivido el paso del tiempo como un recordatorio del poder de los éxitos de este género y su capacidad para definir una generación.

En varias ocasiones, «Oops!… I Did It Again» ha sido homenajeada en otros espacios, como por ejemplo la serie «Glee» en el episodio «Britney 2.0» (el segundo de la cuarta temporada), donde la cheerleader Brittany S. Pierce interpreta la canción, e incluso, luce el icónico traje rojo del video musical.

De igual manera, tema y su video se han convertido en un meme recurrente, pues la frase se presta para ser planteada con humor y sarcasmo.

Invita a la nostalgia

Escuchar «Oops!… I Did It Again» es revivir una era, que aunque icónica, no volverá. Su letra habla de las complejidades de las relaciones románticas y la rapidez con la que podemos perder el interés en alguien.

Sin embargo, la cuestión va mucho más allá, pues este y otros temas del disco «Oops!… I Did It Again» pusieron música a una época que para muchos está cargada de valiosas memorias, por lo que existe gran emocionalidad de por medio. Y es que, Britney, quizá sin saberlo, estableció una conexión emocional con millones a nivel global, todo esto gracias a un ritmo pegajoso, atractivo videoclip y narrativa juguetona.

Icónico videoclip y letra

El audiovisual de la canción significó una transición importante en la carrera de Britney, pues dejaba atrás su imagen de adolescente. Algo que se logró con un concepto visual bien desarrollado.

Asimismo, la ambientación en Marte y la referencia al diamante azul de Titanic que Rose deja caer al mar no son casualidad, pues se puede interpretar que estos detalles simbolizaron para Spears un alejamiento de las narrativas convencionales e inocentes para acercarse a una estética más audaz y refinada, pero además reforzaron el hecho de que la intérprete tenía una gran capacidad para reinventarse y marcar tendencia.

Pese al éxito, el proyecto no se salvó de controversias, ya que la letra se sintió como estimulante de una actitud frívola y tóxica hacia las relaciones al hablar de jugar con los sentimientos de alguien.

Sin embargo, para bien o para mal, el argumento y la estética futurista del clip mantuvieron a Spears, quien tenía apenas 18 años de edad, en la palestra, pues se consolidó como un fenómeno musical e influyente.




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