Eduardo Rodriguez, un ejemplo de perseverancia


En el deporte nada está escrito. Aunque siempre ha existido el afán de anticiparse y saber cuál será la próxima superestrella, no hay manera de saber si los pronósticos se cumplirán.

Nadie puede predecir las pruebas que cada jugador ha de enfrentar, mucho menos si las superará. Por eso, cuando quieras saber de un jugador, más allá de los números, presta atención a su historia, ahí está la verdadera fuente de inspiración.

La historia de Eduardo Rodríguez es de esas que resultan difícil de ignorar. Saltó a la palestra en 2015 con los Medias Rojas de Boston y eran inmensas las expectativas a su alrededor, más de uno llegó a sugerir que era un zurdo tan efectivo como en su momento fue Johan Santana. Sin embargo, poco se ha visto aquel dominio y más titulares han acaparado sus problemas de salud.

En sus comienzos tenía una efectiva bola rápida y un buen cambio, que complementaba con el slider. Ahora, a su repertorio se añaden el cutter y el sinker. Y, aunque ya completa 10 campañas en el Big Show, la velocidad de su recta toca en promedio las 92 millas por hora. Puede sumar una buena cantidad de ponches, pero es franco, también le conectan la bola con mucha facilidad.Claro, él lo sabe. Y ha sabido cómo atacar esa “debilidad”, dando destellos de grandeza.

Así lo hizo en 2019 cuando todavía defendía los colores de los Medias Rojas de Boston e hizo 34 apariciones, la mayor cantidad de su carrera, dejando un récord magistral de 19-6. Completó y superó las 200 entradas por primera vez en su carrera, pero además recetó 213 ponches y facturó una efectividad de 3.81. Y entonces, la salud le jugó una mala pasada.

Se perdió toda la temporada 2020 debido a una miocarditis desarrollada después de contraer COVID-19. Empezó 2021 en la lista de lesionados por el síndrome del brazo muerto, pero se recuperó y cerró con buenos números, un récord de 13-8 en 32 aperturas que lo ayudó finalmente a firmar un contrato multianual con Tigres de Detroit, equipo con el que se mantuvo un par de campañas. Para 2024 llegó con bombos y platillos a DBacks y nuevamente aparecieron problemas de salud y lo limitaron a solo 10 presentaciones.

Para esta temporada de 2025 llegó sano, con las expectativas por el cielo y se ha notado. Hasta 12 ponches recetó en un juego y ya, luego de cuatro salidas, se hizo con su primera victoria para llegar de por vida a 86 triunfos y meterse en el top 10 de los venezolanos más ganadores del las Grandes Ligas, porque no, no se rinde, siempre vuelve y siempre puede. Eso lo hace grande a pesar de los tropiezos.


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