Los primeros cardenales ya comienzan a llegar al Vaticano para votar en el cónclave que elegirá al nuevo Papa. El proceso que comenzará el próximo 7 de mayo, congregará a 135 cardenales, la mayor cantidad de electores para un Papa e toda la historia.
Entre los preparativos, los cardenales no solo se ocupan de la ceremonia, sino también de los encuentros previos en los que comienzan a discutir, entre susurros, quién podría ser el sucesor de Papa Francisco.
Los cardenales se albergarán en la residencia de Santa Marta, donde los candidatos potenciales se conocen mejor, intercambian opiniones y empiezan a formar las alianzas que podrían influir en la elección final.
Es importante destacar, que muchos de estos cardenales han pasado poco o ningún tiempo en Roma conociendo a sus colegas. Lo que inyecta cierta incertidumbre en un proceso que requiere que dos tercios de los cardenales con derecho a voto cierren filas en torno a un solo candidato.
Proceso de votación
Durante el proceso de votación los cardenales electores no podrán comunicarse con el exterior. En consecuencia, para que sea elegido un Papa se requiere una mayoría calificada de escrutinios diarios, dos por la mañana y dos por la tarde.
Cada cardenal emite su voto en una papeleta que dice, en latín: «Elijo como Sumo Pontífice a» y añade el nombre del candidato elegido.
Una vez alcanzada la mayoría necesaria, el último Cardenal Diácono convocará al Maestro de Celebraciones Litúrgicas y al Secretario del Colegio Cardenalicio.
Entonces se le preguntará al elegido: «¿Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem?» (¿Acepta usted su elección canónica como Sumo Pontífice?). Tras su aceptación, se le consultará sobre el nombre pontificio que desea adoptar.
Por consiguiente, las papeletas serán quemadas, y la chimenea, visible para los fieles desde la Plaza de San Pedro en la ciudad del Vaticano. Emitirá un humo negro si no se ha elegido papa y un humo blanco, cuando un papa haya sido elegido.
Los 108 de Francisco
De los 135 cardenales que elegirán al nuevo Papa, 108 fueron nombrados en su puesto por el extinto Papa. Esto podría dar cierta continuidad a la visión del primer Papa latinoamericano en la iglesia católica, y los cambios que éste hizo durante su papado.
Los cardenales aprovechan cualquier momento fuera del foco público para charlar más libremente sobre quién creen que podría ser el adecuado para seguir los pasos de Francisco, el Papa que, con su carisma, dejó una huella imborrable. Pero no solo se habla de papabilidad.
A menudo, estas conversaciones se tornan en un juego de “conocerse” entre los posibles candidatos y de intuir quién puede ser el más adecuado para la difícil tarea que les espera.
La elección del Papa no es solo una cuestión de decisiones espirituales y teológicas, sino también de intrincadas maniobras políticas y sociales.
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