El libro Ese salvaje resplandor de incertidumbre (Cuentos completos) del escritor venezolana Antonio Márquez Salas fue publicado por la editorial El perro y la rana, 2023. Edición diagramada por Roberto Chávez Pabón; y con diseño de portada realizado por Ian Laprea. Esta antología de cuentos luce en la portada una reproducción de la obra: “Amanecer en el cementerio de los hijos de Dios” por Nicolás Ferdinandov, 1919.
Leemos en nota de los editores, lo siguiente:
La narrativa de Márquez Salas fue distinguida por sus contemporáneos como excepcional. Su característica interpretación de la naturaleza – alejada del entonces sobresaturado criollismo – , convertida casi en personificación mitológica, le da cabida a temas explorados desde una perspectiva única, como el deseo y la sexualidad. Creador de un lenguaje portentoso, la potencia de sus imágenes sintetiza lo grotesco, lo poético y lo trágico. La presente edición recoge por primera vez la obra cuentìstica integra del autor merideño, compuesta por 32 cuentos.”
Leer esta compilación de los cuentos del escritor Antonio Márquez Salas, es sumergirse en los misterios y secretos de una narración; en la cual, convergen situaciones de vidas contadas, con un lenguaje signado por lúdicos giros que integran memorias, símbolos, sueños y ensueños; así como historias de desterrados que derraman sangre en sudores, causados por agobiantes jornadas de trabajo, que tocan límites de desgastes en los sacrificados cuerpos entregados a luchas contantes desde sus angustias, soledades y pesares; en ese empeño ineludible por lograr o conquistar sus propias supervivencias. Y esto se da en ámbitos, donde la enfermedad, la consumación y la muerte; devoran alientos de vida, desde camas andrajosas impregnadas del penetrante hedor emanado por aquello que se descompone hundido en la penumbra de espantosos claustros de olvidos, miserias y desidias.
En estos cuentos habla la vida encarnada en personajes asolados y desesperados que andan por poblados, valles y caminos; enfrentando adversidades manifiestas en inundaciones, incendios, sequías y sofocados aires emanados por fiebres nocturnas y otras ferocidades. Asimismo, también padecen estos personajes las tempestades y torbellinos, ocasionados por pesadillas que sobrevienen en esos momentos, cuando se debaten los más terribles emisarios de la desolación, el temor y el desvelo. Personajes que parecieran habitar en pueblos, caseríos y olvidadas comarcas; signadas por una marcada soledad que se resiste al devenir o culminación de toda posible existencia. Voces que hacen escuchar sus clamores y gritos, silenciados por el mismo silencio, que habita en esas almas solas desprovistas de algún presagio, que avizore asideros o estancias esenciales para el alivio y el descanso.
Por otra parte, nos atrevemos a afirmar que en estos cuentos de Salas, se hace sentir asiduamente: La sensación de desarraigo y exilio; el desamor y el desencanto; el sacrificio y el más hondo de los dolores. Sensaciones que recorren buena parte del mapa narrativo que configura las páginas de sus cuentos. Narraciones que se pudieran ubicar dentro de toda expresión literaria abierta o permeable; a múltiples posibilidades interpretativas y de inesperadas revelaciones. Respecto a esto último, consideramos oportuna citar los siguientes párrafos:
«En la vida de los seres todo pasa y se olvida. Solo los que sufren mantienen en carne viva sus recuerdos dolorosos. La carne no olvida, goza con recordar los más duros sufrimientos. Todo el pasado queda impreso en ella. Si queremos olvidar, allí esta ella para recordarnos. Ella es nuestra pasión, nuestra venganza y nuestro destino…»
(El hijo, pag 46).
La lluvia era lento arrastrar de cueros sobre la tierra. Rosada víboras de leche palpitaban en el barro tibio y como humo de sangre se despeñaban por grietas silenciosas. El viento enloquecido golpeaba el flanco de la montaña y el sudor espeso de los árboles, como un rebaño ciego, empujaba la oscuridad…”
(Torbellino. Pag.169)
La prosa poética, también se hace transversal en estas narraciones que se apegan a la imagen poética, no como complemento o artificio literario, sino como recurso expresivo fundamental que enriquece el sentido de lo narrado; al crear otros espacios donde lo onírico, a veces, pareciera acudir con sus misterios al mismo hecho narrativo, fusionándose a éste, hasta hacerse inseparable de las formas, ritmos y honduras que rigen o caracterizan los textos de Márquez Salas. En su escritura la integración o fusión de lo narrado con la imagen poética, forma una atmosfera de claroscuros y nubosidades, donde dialogan la cotidianidad con lo atemporal; la vigilia con el sueño; la ternura con lo crudeza y el padecimiento; que se hacen evidentes de manera ineludible, en las vidas de voces y personajes, que configuran las páginas de este intenso, agudo y revelador narrador venezolano.
Leemos en el siguiente párrafo, lo siguiente:
«La golpeaban los deseos como aletas de tiburón, pero nunca sentiría la dulce, la extraña sensación de la linfa distribuyéndose como un gran diapasón en los bosques y ensenadas de su cuerpo, viendo nacer miles de mariposas recién salidas del arcoíris. Nunca sentiría la piel recubierta por el polen disparado en los fuegos artificiales del mediodía del hombre.»
(DOMBO SALAH HAR, Pag.305)
Si nos referimos a otros aspectos caracterizadores de la narrativa de Salas; no podemos olvidar las descripciones que hace este autor de rostros, cosas, cuerpos, objetos, paisajes, poblados y desoladas comarcas que, en ningún momento incurren en frías enumeraciones de formas, rasgos y detalles; tal vez, porque dichas descripciones se dan cimentadas en símbolos y cargas connotativas; que sugieren e invitan, a abordar otras lecturas y otras miradas; sobre todo, hacia aquello que asiduamente suele habitar en lo invisible y lo impalpable. De allí, que este autor por momentos se nos revela con un asombroso carácter experimental, en cuya obra literaria, se manifiestan acertados entrecruzamientos de recursos lingüísticos, con los que logra este escritor, crear situaciones donde nada se hace distante, sino en permanente comunión de significados: lo lejano es cercano; lo presente se hace ausente; las sombras emanan luz; la vigilia se hace sueño; el placer deviene en dolor; la noche puede darse en plena luz del día, etc. Como si el tiempo transcurriera sin tiempo; es decir, sin efímeros cambios ni volátiles fugacidades. En los cuentos de Márquez Salas nada se rige por dogmas, estereotipos, ni regidas cronologías; sino por lo que dicen, cuentan y designan las vidas, que hicieron posible la configuración de estos cuentos que ahora, llegan a las manos del lector, gracias a esta acertada entrega editorial titulada Ese salvaje resplandor de incertidumbre.
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