Una torta blanca, aunque sea negra


La práctica de los ejecutivos modernos

En el ámbito corporativo y empresarial actual, liderar no solo implica tomar decisiones estratégicas, partiendo de la experiencia, mayor capacidad, jerarquía, seniority o por posición, a un equipo de personas hacia un objetivo común; sino también implica modelar el comportamiento saludable requerido por toda empresa u organización.

Uno de los aspectos más subestimados, pero sensible, es el establecimiento de límites sanos dentro de los Equipos de Trabajo de Alto Desempeño (ETAD); especialmente cuando se desarrollan relaciones cercanas entre miembros del equipo y líderes en posiciones gerenciales o ejecutivas.

Un aspecto importante a considerar son las relaciones laborales y el surgimiento de amistades entre los integrantes de un equipo de trabajo. Es normal que al participar en la consecución de metas, retos y espacios durante tantas jornadas laborales diarias, surjan vínculos personales entre colegas.

En este sentido, con frecuencias esas relaciones superan lo meramente profesional para convertirse en amistades fuera del entorno laboral. En algunos casos este tipo de vínculos pueden fortalecer el trabajo en equipo y la confianza mutua, pero también pueden generar confusión y situaciones adversas, cuyo favoritismo es percibido por el resto del equipo de trabajo; lo cual dificulta el ejercicio de la autoridad, y afecta la responsabilidad requerida para la toma de decisiones objetivas, si no existen o se definen límites saludables.

Ahora bien, en cuanto a los límites saludables, estos son acuerdos o convenciones para precisar en términos claros sobre lo que se espera en materia laboral, lo cual parametriza lo que se permite y se debe respetar dentro de una relación interpersonal o profesional entre miembros de un ETAD.

No se trata de barreras rígidas ni de distanciamiento emocional, sino de mantener una línea clara entre lo personal y lo profesional, garantizando el respeto mutuo, la equidad y el bienestar colectivo.

Es común considerar los límites establecidos en el ámbito laboral, como algo limitativo, negativo, frío o excluyente. Por el contrario: establecer límites demuestra madurez emocional, claridad en el desempeño del rol asignado y compromiso con la cultura organizacional o corporativa.

Por ello, en muchas ocasiones esto representa un desafío o amenaza para quienes lideran, ya que cuando una persona en posición ejecutiva o gerencial establece una amistad cercana con algún miembro de su equipo, los roles pueden diluirse, trayendo consigo retos como:

  • Dificultad para ofrecer un feedback de desempeño objetivo.
  • Percepción de favoritismo por parte de otros miembros del equipo de trabajo de alto desempeño.
  • Expectativas emocionales que obstaculizan la adopción de decisiones profesionales.
  • Conflictos emocionales al momento de instrumentar acciones disciplinarias, si fuera el caso.

Por ello, es esencial que quienes lideren, mantengan una comunicación transparente para informar desde el inicio la forma de trabajar en ETAD, y refuercen los límites establecidos con empatía y coherencia argumentativa.

Lo anterior exige el ejercicio de estrategias para establecer límites saludables, entre los cuales se pueden mencionar:

  • DEFINIR LOS PROPIOS LÍMITES: Antes de informar límites a otras personas, es primordial saber qué se está dispuesto a aceptar o no límites convencionales en el ámbito laboral, y cómo se desean conducir las relaciones en el trabajo.
  • HABLAR CON CLARIDAD Y RESPETO: Comunica los límites establecidos de forma directa, sin censura ni justificaciones extensas. El respeto mutuo se construye desde la honestidad.
  • EVITAR LA AMBIGÜEDAD: Si existe una relación de amistad con alguien del equipo, define cuándo están actuando como colegas y cuándo como amigos.
  • FOMENTAR UNA CULTURA DE LÍMITES SALUDABLES: A través del modelaje de conducta y comportamiento, se puede motivar al equipo de trabajo a establecer límites claros y respetuosos en el ámbito laboral.
  • REVISA REGULARMENTE LAS RELACIONES PROFESIONALES: Evaluar continuamente sobre si alguna relación ha cruzado líneas que podrían afectar tu imparcialidad o credibilidad como líder.

Desde la perspectiva pragmática, para las empresas (públicas o privadas), de todos los tamaños; así como para un emprendimiento familiar, es importante establecer límites saludables, ya que es clave para construir una cultura laboral sana y sostenible. Las microempresas y pequeñas empresas, donde las relaciones suelen ser más cercanas, también se benefician de prácticas claras que distingan los momentos de camaradería de los espacios de trabajo.

Un liderazgo saludable existe cuando se cuida el modelaje corporativo mediante el respeto, se promueve el convencionalismo social y cultural, lo que implica el autocuidado y la observancia a los límites establecidos.

Cuando una persona en posición de liderazgo se cuida, establece límites y comunica con claridad, el equipo completo que lidera se beneficia, lo cual contribuye a fortalecer los lazos de cooperación, se mejora la productividad y se protege la salud emocional de todas las partes involucradas.


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