El último día del pasado mes, la Asamblea Legislativa (Parlamento) de El Salvador, sin debate previo, modificó la Constitución de ese país para aprobar la reelección indefinida, cambiar el mandato presidencial a seis años, en lugar de los cinco actuales y eliminó la segunda vuelta en los comicios.
La cámara, vale decir, está integrada por 60 diputados, de los cuales 57 pertenecen al partido Nuevas Ideas, del presidente de esa nación, Nayib Bukele y para realizarle los cambios a la Carta Magna no hicieron ningún tipo de consulta popular, como de hecho ha ocurrido en otras oportunidades.
También decidieron esa noche que el actual periodo presidencial terminará en dos años, de tal manera que el mandatario podrá postularse nuevamente en 2027.
Desde distintos sectores se advirtió de inmediato que se asestó un golpe a la democracia, con Bukele dando pasos para perpetuarse en el poder.
Desde el oficialismo han alegado que en otros países también existe reelección indefinida. Sin embargo, en el caso de Venezuela, por ejemplo, en 2008 el presidente Hugo Chávez propuso una enmienda constitucional con ese fin para todos los cargos de elección popular, que pasó por la Asamblea Nacional y fue aprobada por el pueblo en referendo consultivo el 15 de febrero de 2009, con 6.310.482 votos a favor, 54,85%.
Fascismo. El rechazo al cambio a la Constitución se dio tanto dentro como fuera de El Salvador, entre organizaciones como Cristosal, cuyos integrantes se vieron obligados a marcharse al exilio, o el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (Fmln), que encabezó la lucha en la guerra civil de 1980 hasta 1992, con miles de vidas perdidas.
“Creo que se cierran todos los espacios más democráticos al seguir violando la Constitución. El rechazo a Bukele se ha expresado en las calles pese a la represión de la República, pero ahora de una forma tan descarada”, expresa Nidia García, una de las comandantes guerrilleras de aquellos tiempos.
“Nosotros rechazamos totalmente estas formas de anular la democracia participativa”, agrega la exparlamentaria, quien refiere la cantidad de artículos de la Carta Magna que ha ido violentando este parlamento controlado totalmente por Nayib Bukele.
García, quien en la guerra fue encarcelada y torturada, sostiene la necesidad de “que haya consulta, referendos, plebiscito, pero eso no existe en la Constitución actual y él tampoco la incluye”.
La comandante guerrillera, además abogada, subraya que han violado al menos 7 artículos de la Carta Magna vigente, “porque como no ha hecho el procedimiento de ratificar lo que cambió el año pasado, todavía no ha sido ratificada. La que sigue vigente es la del 83”.
Cuestiona la modificación en el periodo presidencial, que lo reduce en dos años. “Algo loco, dice que su periodo duraba hasta el 2029, que eran 5 años, fue reelecto ilegítimamente, ilegalmente también en el 2024.
Entonces lo va a poner todo en el 2027, junto a las municipales y las legislativas”. Nidia Díaz suelta la razón de peso: “Todo lo ha hecho a su medida porque en el fondo tiene miedo de que la correlación pueda decaer de aquí al 2027” y recuerda cómo ha ido recortando el Estado para concentrar el poder: redujo la Asamblea Legislativa de 84 a 60 diputados, los municipios de 262 a 44.
“Todo eso son trampas, miedo de perder el poder porque sabe que la gente lo está rechazando, que las dictaduras caen y la de él va a caer. ¿Por qué digo que tengo la certeza de que esa dictadura va a caer? Porque los pueblos vuelven”.
La exguerrillera ofrece muchos datos. Recuerda cómo Bukele asaltó la Asamblea Legislativa en febrero de 2020, destituyó a los integrantes de la Sala Constitucional y al fiscal de manera ilegal, para colocar a personas manejables que permitieron reformar la Constitución, las leyes. “Eso fue un golpe de Estado”.
Nidia Díaz subraya cómo el mandatario allanó los caminos para no tener freno en la corrupción, porque “quiere el poder solo para enriquecerse él y la oligarquía, para someter al pueblo sin participación ciudadana, sin poder del pueblo”.
Luego, la exguerrillera recalca: “Es una dictadura fascista comprometida con Trump”.
El vínculo con las maras que el presidente no puede ocultar
La comandante guerrillera Nidia Díaz recordó cómo Nayib Bukele fue aceptado como “aliado” en las filas del Fmln, desde donde comenzó a escalar posiciones, llegando a ser alcalde en dos oportunidades antes de ser expulsado del partido no sin antes garantizarse su candidatura a la presidencia.
En medio de todo eso, estuvieron sus ya conocidos vínculos con aquellos que ahora dice enfrentar: “Este régimen de excepción, que en marzo cumplió tres años, dice él que es por combatir las maras y pandillas, con las que pactó desde el 2017. Él rompe con ellos en el 2022 después de que les había permitido matar gente durante enero, febrero, marzo, hasta se encontraron cementerios clandestinos con muchos muertos”.
La exguerrillera también menciona que durante la pandemia del covid, Bukele les dio “dineros a las maras para que los distribuyeran. No compra los kits completos, se mete con el cártel de Sinaloa para traer granos básicos, como frijol”.
En mayo de este año, Charli, un liberado jefe pandillero de la facción Barrio 18, en entrevista con el periódico digital El Faro, cuyos directivos y personal de redacción se vieron obligados a marcharse al exilio, reveló que sus contactos con Bukele comenzaron en 2014, cuando era candidato a alcalde de San Salvador. “Quien domina San Salvador, domina todo. Lo importante para entonces era la Alcaldía de San Salvador porque eso lo iba a impulsar hasta donde ha llegado ahora”
La represión contra los opositores se multiplica
En marzo de este año, un estudio del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana reveló que El Salvador tiene promedio de 1.824 privados de libertad por cada 100.000 habitantes, el más alto del mundo.
La directora de esa institución, Gabriela Santos, ofrecía un detalle escalofriante: “Eso representa que 2,6 por ciento de la población adulta se encuentra privada de libertad”.
La exdiputada Nidia Díaz apunta que “hay 100.000 presos en este momento” y remarca que Bukele, con el estado de excepción, ha suspendido al menos 10 garantías constitucionales, “muchas de ellas referidas a la libertad de moverse, de organizarse; cambia la normativa procesal, la penal”.
Asegura que 60% de la gente, según sondeos, tiene temor a expresarse. “¿Y quién no va a tener temor de hacerlo, pues?”. La persecución a opositores no se esconde. Desde El Salvador, un militante revolucionario, cuyo nombre pidió mantener en reserva, asegura que “la represión es tan real como que medio centenar de excuadros y funcionarios del Fmln están o estuvieron presos, mientras que otro tanto igual se encuentra en el exilio” y personas como la defensora de derechos humanos Ruth López, entre otras, están ahora en prisión.
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