La guerra en zona gris: el manual de EEUU para fabricar narcoestados y desarmar revoluciones


Es al menos indecente que el gobierno de Trump acuse a Venezuela y a su gobierno de ser un narcoestado sin presentar pruebas contundentes. La historia del «Cartel de los Soles» representa el capítulo más reciente de un manual de intervención que Estados Unidos ha elaborado durante décadas para someter a naciones soberanas.

Hasta ahora, uno de los pocos países sentenciados por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) es Estados Unidos. Así se evidencia en el caso Nicaragua contra los EE.UU en Sentencia del 27 de junio de 1986. La sentencia obligaba a pagar al Estado gringo la suma de 17 mil millones de dólares por financiamiento de paramilitares y narcotráfico. La Corte Internacional de Justicia determinó que Estados Unidos había violado el derecho internacional al apoyar a los «contras» y al colocar minas en puertos nicaragüenses. Por supuesto, Estados Unidos se negó a pagar las reparaciones a Nicaragua al no aceptar la jurisdicción de la Corte. Hay que agregar que la CIJ no procesa individuos ni delitos como el narcotráfico. Esa competencia recae en la Corte Penal Internacional (CPI)

Este reportaje no investiga la existencia de un cartel, porque esta, como las armas de destrucción masiva en Irak, es un invento. Este texto es una guía para entender la lógica imperial: desmonta el «cómo» y el «por qué» Estados Unidos fabrica un relato de narcotráfico para justificar el asedio a la Revolución Bolivariana. Presentaremos los patrones de la desinformación como arma geopolítica. En nuestro análisis nos acompañarán los apuntes del investigador y académico de la Universidad Internacional de las Comunicaciones (LAUICOM) y Coordinador de la Red Internacional Investigación Antifascista (RIA), Pedro Penso Sánchez.

Guerra en zona gris

No es una guerra con tanques ni flotas de asalto, pero sus efectos son igual de devastadores. No es paz, porque hay agresión constante, dice Penso. Es la «guerra en zona gris», el territorio difuso donde el imperio invisible ejecuta su manual más efectivo para derrocar gobiernos sin disparar una sola bala… hasta que lo hace. Venezuela es el laboratorio, afirma el académico.

El profesor Penso nos apunta que el imperialismo ha impuesto una concepción del conflicto donde se pierde intencionalmente la frontera entre la guerra y la paz. Este espacio difuso –la «zona gris»– le permite operar con agentes invisibles. El invento del «Cartel de los Soles» es el arma propagandística perfecta para esta guerra: un relato diseñado para «indigestar de desinformación» a las audiencias y explotar sus emociones, con el fin último de presentar a Venezuela como un «Estado forajido» y justificar cualquier agresión.

Según el académico, la acusación del «Cartel de los Soles» es un «Crimen de Agresión» (según el Estatuto de Roma) ejecutado en fases. Es el epítome de la «guerra en zona gris»: un ataque multifacético que combina propaganda de inteligencia artificial, guerra económica, terrorismo mercenario y lawfare. Entender sus cuatro fases—1. La Guerra Económica (Crear la Crisis), 2. La Fabricación del Relato, 3. La Amplificación Tecnológica y 4. La Proxy War (La Agresión Tercerizada)—sirve para decodificar el nuevo manual de golpes de Estado del siglo XXI.

Guía en 4 fases de la «Guerra en zona gris» contra Venezuela

Fase 1: La Guerra Económica – Crear las condiciones materiales del relato

  • El objetivo geopolítico : Para Penso es «Atacar las vulnerabilidades en la economía» para «crear condiciones materiales sobre las cuales construir sus relatos de crisis humanitaria». Es el paso previo: hacer sufrir a la población para luego culpar al gobierno y vender la idea de «Estado fallido».
  • El método: «Cercos totales» tecnológicos, comerciales y financieros, con saña concentrada en industrias estratégicas como PDVSA. El robo de activos (CITGO, Monomeros) y las sanciones criminales son «medidas coercitivas unilaterales» que constituyen un «Crimen de Agresión» según el derecho internacional. Hasta ahora Venezuela es el 4to país más sancionado por los gobiernos de los EEUU, 1.042 medidas coercitivas unilaterales.
  • El resultado buscado: Sembrar el descontento para intentar capitalizarlo políticamente. Un pueblo con necesidades es más vulnerable a la propaganda.

Fase 2: La fabricación del relato – El «Estado forajido»

  • El objetivo geopolítico: Siguiendo el análisis de Penso es, configurar en el imaginario internacional la idea de un «Estado canalla» que viola la legalidad. Primero fue «Estado fallido», ahora es «narcoestado» y «promotor del terrorismo».
  • El método del «Relato a tropel»: Saturación con múltiples narrativas falsas pero interconectadas. El «Cartel de los soles» (narcoestado) es la principal. Cuando su verosimilitud decae, se reciclan o crean otras, como la del «Tren de Aragua» como supuesta organización terrorista internacional exportada por Maduro «desde la Patagonia hasta Alaska». Son patrañas descabelladas pero constantes, dice Penso.
  • La prueba reina de la farsa: La recompensa de 50 millones de dólares por un presidente que «todo el mundo sabe dónde está… en su despacho en Miraflores». Es una pantomima judicial para darle un viso de legalidad al relato fabricado.

Fase 3: La Amplificación Tecnológica – Propaganda de IA y Micro-segmentación

  • El objetivo geopolítico: Ya no es propaganda masiva, sino inteligente, nos señala Penso. «La exploración de emociones en el proceso de minería de datos» permite «perfilar los grupos sobre los cuales se quiere incidir para producir determinadas respuestas». La eficacia radica en el uso de tecnologías emergentes.
  • El método: Las corporaciones tecnológicas al servicio del gran capital saquean datos. Con Inteligencia Artificial, analizan masivamente esa información para micro-segmentar audiencias y activar «conductas movilizadas por las emociones» que la propaganda calcula (miedo, odio, indignación).
  • El papel de los medios: Son las cajas de resonancia que lavan el relato fabricado por las agencias (DEA) y lo amplifican en el ecosistema digital, donde los algoritmos de las plataformas hacen el trabajo de targeting y viralización.

Fase 4: La Proxy War y la Agresión Tercerizada – El brazo armado de la zona gris

  • El objetivo geopolítico: El académico de LAUICOM nos apunta que, dada la «alta capacidad disuasiva» de Venezuela, EE.UU. «va a preferir la ejecución de la ‘proxy war’» (guerra por procuración). La opción de una invasión directa al estilo Granada (1983) o Panamá (1989) es de costos prohibitivos.
  • El método:
  • Mercenarios: «Tercerización de las intervenciones militares» mediante «empresas de la muerte» como Silvercorp, contratadas para el trabajo sucio (ej. Operación Gedeón).
  • Operaciones de falsa bandera: Infiltraciones o sabotajes a infraestructura estratégica para culpar al gobierno y crear caos.
  • Instrumentalización del crimen: Usar «grupos estructurados de la delincuencia» para promover violencia y sensación de inseguridad.
  • La estrategia de tensión: «Maniobras militares imprudentes» y anuncios de «órdenes ejecutivas secretas» para calibrar la respuesta venezolana y mantener la presión psicológica.

Ese intervencionismo nuestro

Una reciente nota de Misión Verdad visibiliza el número de intervenciones de los Estados Unidos en otras naciones a escala global. Casi 400 intervenciones militares gringas se registran en el mundo desde 1776. La fuente es un estudio  titulado «Introducing the Military Intervention Project: A New on US Military Interventions, 1776-2019″ realizado por la investigadora Sidita Kushi, del Departamento de Ciencias Políticas de Universidad Estatal de Bridgewater y citado por el periodista británico Mehdi Hasan en el programa The Mehdi Hasan Show de la NBC.

El Comandante Hugo Chávez desarrolló la idea de que en el caso venezolano “Estados Unidos nunca se vio obligado a invadir Venezuela”. Chávez referenciaba las intervenciones en Guatemala para derrocar al coronel Jacobo Arbenz Guzmán, en República Dominicana para deponer al presidente Juan Bosh y liquidar el movimiento revolucionario encabezado por el coronel Francisco Caamaño Deño.

El marco evidenciado por Chávez fue el de la injerencia de los gobiernos de estadounidenses dilatada por más de un siglo gracias a la complicidad de los gobiernos de la primera mitad del siglo XX y luego en la segunda mitad con la anuencia del bipartidismo expresado en los gobiernos derivados del “Pacto de Puntofijo”.

El ambiguo Grupo Anfibio Iwo Jima

Para quienes piensan que la reciente movilización del Grupo Anfibio de Respuesta Rápida Iwo Jima, encabezado por el buque de asalto USS Iwo Jima (LHD-7), es un evento “inusual y extraordinario”, les recordamos que, en 2020, según una nota de la BBC, “Poderosos barcos de guerra, aviones espía y miles de tropas estadounidenses van rumbo al mar Caribe, cerca de las costas de Venezuela”. He aquí el correlato inmediato de la acusación falsa sobre el inexistente “Cartel de los Soles”. En la nota se posiciona que el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó por narcotráfico al presidente Nicolás Maduro y a una decena de altos funcionarios o exfuncionarios de Venezuela en el gobierno de Donald Trump. El objetivo fue la supuesta reducción de la entrada de drogas ilegales en EE.UU. De manera que la más reciente movilización de buques de guerra gringos tiene su antecedente en cuanto a amenaza real de uso de fuerza militar entre marzo y febrero de 2020. Aquí cabría la duda de los verdaderos fines de tales movilizaciones militares. Se sabe que, junto a esas embarcaciones y tropas, se desplazan aviones espías, que podrían ser el objetivo central de las misiones. Mientras el mencionado Grupo Anfibio gringo retornó a la base naval de Norfolk, Virginia, el pasado martes 19 de agosto, bajo la excusa de evadir al poderoso Huracán Erin, la Guardia Costera y la Marina gringas habían incautado casi 1.300 libras de cocaína en el Pacífico Oriental proveniente de Ecuador el 11 de agosto pasado.

Más allá del invento, la soberanía

Finalmente, el profesor Pedro Penso nos advierte que “El Cartel de los Soles» no es una acusación aislada. Es la narrativa central de un ataque en «zona gris» que incluye guerra económica (crimen de agresión), fabricación de relatos («Estado forajido»), propaganda de alta tecnología y agresión mercenaria. Es un todo coordinado.

El «Cartel de los Soles» es un artefacto de propaganda, un invento que sigue un manual de cuatro pasos: se fabrica en Washington, se amplifica en los medios y se usa para justificar el saqueo y la agresión. Entender esta lógica es esencial para no ser cómplice de una guerra híbrida.

El único cartel real es el de los grandes medios y las agencias de inteligencia gringas, que trafican impunemente con mentiras para proteger los intereses de un imperio en decadencia. la DEA y la CIA son  los carteles más importantes del mundo y el principal sistema de lavado de dólares de las drogas está en la banca de Estados Unidos.

Lo cierto es que Estados Unidos, cuyo gobierno acusa a Venezuela de narcoestado es desmentido por el Informe Mundial sobre las Drogas 2025 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) el cual señala que venezuela no es territorio de producción ni de procesamiento y ruta de la droga.

Todo este arsenal de desinformación y agresión tiene un objetivo último: destruir el ejemplo. Venezuela se ha convertido en un «proyecto contrahegemónico con un alcance que trasciende sus fronteras, para convertirse en el ejemplo de que la independencia nacional, la soberanía y la autodeterminación de los pueblos es posible»,según Penso. Ese es el delito imperdonable para el imperio. El relato del narcoestado es la condena mediática para un proceso que se atreve a ser soberano.




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