Si has tenido gatos, sabes que tienen buena memoria. Conocen de rutinas, de olores, dónde guardas su alimento y qué utensilios usas para proveerle su alimento, los empaques, y un gran etc.
La memoria de un gato, puede sorprender. El entorno influye en cómo se comportan. Comprender lo que recuerdan, experiencias que se graban en su memoria y muy importante: Cómo superan momentos difíciles.
La memoria de los gatos: breve, larga y muy selectiva
Los gatos manejan distintos tipos de memoria. La de corto plazo puede durar hasta 16 horas, útil para resolver situaciones inmediatas como recordar dónde estaba su plato o un juguete.
Cuando una vivencia es intensa, sea agradable o dolorosa, o que podría tener importancia para su supervivencia, se guarda en la memoria de largo plazo, que puede permanecer meses o incluso años.
De esta forma, los gatitos recuerdan personas, lugares y esas rutinas ligadas a emociones fuertes. No conservan imágenes detalladas como nosotros, sino asociaciones que orientan sus decisiones: evitar lo que les dio miedo, buscar a quien los alimentó o volver a un rincón donde se sintieron seguros.
Qué experiencias permanecen en su memoria
Las más comunes son:
- Momentos emocionales intensos: visitas traumáticas al veterinario, un accidente, maltrato o un episodio de estrés fuerte.
- Asociaciones útiles: el lugar del arenero, dónde está la comida o las rutas más seguras en casa.
- Relaciones sociales: personas y animales con los que conviven de forma repetida y positiva.


¿Son capaces de perdonar?
El «perdón» en gatos no funciona como en nosotros. Ellos no guardan rencor ni lo superan de manera consciente. Responden de forma práctica: si una experiencia negativa se reemplaza con vivencias positivas y seguras, poco a poco recuperan la confianza. A veces basta un par de días; en casos más complejos, se necesita tiempo, paciencia y estrategias específicas.
Cómo ayudar a sanar recuerdos difíciles
Algunas recomendaciones de especialistas en comportamiento felino:
- Ofrecer un entorno seguro: un espacio tranquilo, con escondites y rutinas estables.
- Refuerzo positivo: asociar momentos tensos con recompensas, caricias suaves o juego.
- Respetar su tiempo: no forzar el contacto; dejar que ellos se acerquen.
- Enriquecer su ambiente: juguetes, rascadores, zonas altas para explorar.
- Consultar a profesionales: en casos de ansiedad, agresión o pérdida de apetito, acudir al veterinario o etólogo.
No se trata de borrar recuerdos, sino de crear otros que pesen más y modifiquen la respuesta del gato.
Señales de que la confianza regresa
Un gato que empieza a sanar suele buscar de nuevo el contacto, jugar con normalidad, ronronear, parpadear lentamente, quedarse cerca de sus humanos y mantener un apetito regular. Son signos claros de adaptación y seguridad.


Una historia real
Un testimonio lo explica mejor que la teoría:
«Cuando supe que recuerdan durante años, me partió el corazón. Me fui del país y dejé a mi Susy con mi familia. Volví, pero había pasado bastante tiempo y pude volverla a ver, apenas me vio y me reconoció, no se despegó de mí, dormía conmigo. Poco después, dejó de comer y de moverse; el veterinario confirmó que estaba muy mal y tuvimos que decirle adiós fue horrible. No demostró síntomas de dolor, mientras estuve a su lado, como si hubiera querido que mi recuerdo fuera solo felicidad a su lado. Fue su manera de decir adiós. Te amo con toda el alma y te extraño tanto mi niña».
Este relato refleja la profundidad de la memoria emocional felina, su capacidad de reconocer a quienes aman y, también, su instinto de ocultar el dolor.
Consejos en situaciones de separación o pérdida
- Si estarás fuera un tiempo, deja objetos con tu olor, mantén rutinas y busca alguien de confianza que pueda replicarlas.
- Ante señales de estrés tras tu partida (falta de apetito, letargo), consulta con un veterinario de inmediato.
- En caso de una pérdida definitiva, date permiso para vivir el duelo. Compartir experiencias con otros cuidadores puede ayudar a sobrellevarlo.
En conclusión
Los gatos recuerdan a su manera: a través de asociaciones emocionales y prácticas que orientan su conducta. Su aparente independencia convive con una memoria eficaz y un mundo emocional profundo. Cuando un gato te reconoce después de años, no es casualidad: es la huella de una historia compartida que quedó grabada en su memoria.
La mejor manera de corresponder a esa fidelidad silenciosa es darles un entorno seguro, rutinas estables, afecto respetuoso y apoyo profesional cuando lo necesiten. En ese equilibrio entre instinto y aprendizaje se construye la verdadera cercanía entre gatos y personas.
Por favor, no esperes mucho ante cualquier cambio en sus hábitos o apetito, ellos reflejan de ese modo sus emociones y se descompensan muy rápido, cuando finalmente notas que algo pasa, esperar puede ser tener que decirles adiós, el veterinario es tu mejor aliado.
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