La explosión de un autobomba se registró la noche del viernes a las afueras de un complejo carcelario de Guayaquil, conocido como la cárcel regional, tras una semana de amotinamientos que dejan una treintena de presos muertos y apenas un día después de que unos sicarios atentaran contra su director.
Tras la detonación “se establecieron todos los protocolos de seguridad con las fuerzas del orden alrededor del perímetro penitenciario (…) De momento se ejecutan investigaciones pertinentes para dar con los responsables”, señaló el organismo encargado de administrar las prisiones, en un comunicado.
La detonación causó solo daños materiales en la fachada del recinto penitenciario.
El hecho ocurre en medio del paro nacional convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígena contra las políticas económicas del presidente Daniel Noboa, quien descartó, por ahora, cualquier diálogo o negociación con la organización.
Enfatizó que el Estado “resistirá” a la paralización.
17 muertos tras enfrentamiento
Una disputa entre bandas dejó al menos 17 muertos el pasado jueves. Un enfrentamiento entre prisioneros se registró en la cárcel de la costera Esmeraldas, al norte del país. El centro tiene capacidad para 1.100 reclusos pero en 2022 albergaba a más de 1.400, de acuerdo con el Servicio Nacional de Atención Integral (SNAI).
Imágenes difundidas en redes sociales muestran a una decena de hombres con cuerpos desmembrados y acuchillados que recuerdan los peores enfrentamientos de este tipo en el país.
La cifra proporcionada por SNAI eleva a 30 el número de presos muertos en circunstancias similares en los últimos tres días. También falleció un guardia penitenciario, en medio de una ola de violencia sin precedentes en la nación que hace una década era tranquila.
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