La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha marcado una clara posición de solidaridad regional y soberanía al rechazar la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela de la próxima Cumbre de las Américas, que se celebrará en diciembre en República Dominicana. Este contundente gesto subraya un rechazo directo a las políticas de imposición impulsadas por Estados Unidos en la región, rememorando el enfoque de la administración Trump hacia los gobiernos que no son de su línea ideológica.
La mandataria mexicana confirmó este lunes en Palacio Nacional que no asistirá a la Cumbre, prevista para el 4 y 5 de diciembre en Punta Cana.
«No, no voy a asistir,» dijo Sheinbaum tajante. «En lo personal, primero, nunca estamos de acuerdo con que se excluya ningún país, o no estamos de acuerdo con que se excluya ningún país, pero además en la circunstancia actual, no.
«Solidaridad con Países Bloqueados y Rechazo a las ImposicionesLa decisión de la presidenta va más allá de un simple ausentismo diplomático. Su postura se interpreta como un espaldarazo político a los países hermanos que enfrentan el bloqueo económico y las sanciones de Estados Unidos, consolidando la doctrina de no intervención y respeto a la autodeterminación de los pueblos que ha caracterizado la política exterior de su gobierno.
La exclusión de estas tres naciones por parte del Gobierno dominicano, informada el pasado 30 de septiembre, sigue un patrón de presión e imposición que México condena. Al no asistir y criticar la medida, Sheinbaum envía un mensaje inequívoco de que su administración no avalará cumbres diseñadas para alinear a gobiernos con la agenda de Washington, especialmente aquellas que buscan aislar a países por motivos ideológicos. Esta postura contrasta con la sumisión de otros gobiernos de derecha de la región a las directrices que, en su momento, fueron fuertemente promovidas por el expresidente Donald Trump.
Asuntos nacionales como prioridad
Aunque la presidenta aludió a la necesidad de atender las graves inundaciones en el centro del país que han dejado 64 muertos como la razón de su ausencia, el fuerte mensaje de rechazo a la exclusión domina la coyuntura.
La Cancillería mexicana aún evalúa si enviará representación para la Cumbre, pero la decisión de la Jefa de Estado establece el tono: México prioriza la unidad hemisférica sin exclusiones y la atención a sus propios asuntos, antes que participar en foros que percibe como divisivos y bajo presión externa.
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