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El sacerdote Douglas Cievel Escalante Zambrano, de 66 años, fue privado de libertad por su presunta responsabilidad en la comisión de actos sexuales con una niña de 12 años, según informó el Ministerio Público.

La denuncia fue presentada el pasado 11 de noviembre ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en San Juan de Colón, municipio Ayacucho del estado Táchira.

De acuerdo con la investigación, la madre de la víctima descubrió conversaciones comprometedoras en el teléfono de su hija, donde Escalante Zambrano le habría solicitado fotografías íntimas. La menor declaró que el sacerdote la «había abusado en al menos dos ocasiones y que la trasladaba en su vehículo hasta la Plaza Bolívar de San Juan de Colón para sostener encuentros sexuales dentro del mismo».

Tras la denuncia, «se llevaron a cabo evaluaciones médicas y psicológicas que confirmaron lo relatado por la niña». Ese mismo día, una comisión del Cicpc se trasladó hasta la parroquia San Pedro del Río, donde Escalante Zambrano se desempeñaba como sacerdote, y lo aprehendió en flagrancia dentro de su vehículo. Durante el procedimiento, se incautó su teléfono celular como evidencia.

En la audiencia de presentación, la Fiscalía 22ª de Táchira imputó al sacerdote por el presunto delito de acto sexual con víctima especialmente vulnerable en grado de continuidad. El Tribunal 1º de Control, Audiencias y Medidas de Violencia Contra la Mujer dictó privativa de libertad y ordenó su reclusión temporal en la sede del Cicpc en La Fría.

Reacción de la Iglesia católica

La Diócesis de San Cristóbal, a la que pertenecía Escalante Zambrano, informó el pasado 13 de noviembre que lo separó de su cargo eclesiástico tras recibir notificación de la denuncia.

En un comunicado, la institución eclesiástica aseguró que inició de «inmediato» una investigación canónica y está prestando “la debida colaboración con las autoridades”, confiando en que la justicia esclarecerá la verdad de los hechos, siempre con respeto a la dignidad y los derechos de las personas involucradas.

La Diócesis también señaló que se mantendrá en contacto directo con la familia de quienes pudieran estar afectados, a quienes ofrecerá apoyo psicológico, pastoral y jurídico. “Como Iglesia, pedimos perdón por el sufrimiento causado y asumimos la responsabilidad con humildad y firme determinación”, expresó.

En su mensaje a los fieles, pidió acompañar la situación con oración, discernimiento y comunión fraterna, afirmando que esperan que el Evangelio guíe hacia “la verdad que sana, la justicia que repara y transforma, y la misericordia que reconcilia”.


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