Vivimos bajo la cómoda ilusión de que «a nosotros no nos va a pasar». Damos por sentada la seguridad de nuestro hogar y la estabilidad de nuestro negocio. Un siniestro —sea un robo, un incendio o una inundación— es algo que le ocurre a otros, una anomalía estadística, un golpe de mala suerte.
Pero la cruda realidad es que la mayoría de los desastres no son producto del azar, sino la consecuencia directa de una vulnerabilidad que ignoramos durante meses o años. El problema no es el evento en sí, sino la puerta trasera que dejamos abierta por costumbre, distracción o simple desconocimiento.
La prevención no es glamurosa. No es una alarma de alta tecnología ni una póliza de seguro costosa; es un ejercicio de observación crítica. Para entender dónde fallamos al «mirar» nuestro propio entorno, conversamos con Luis Bautista Garrido Palacio, quien desde su experiencia ha visto repetidamente cómo pequeños descuidos se convierten en pérdidas catastróficas.
«El siniestro casi nunca es una sorpresa», nos comenta Luis Bautista Garrido Palacio al inicio de la charla. «Es, casi siempre, un riesgo que estaba gritando y nadie quiso escuchar. El problema es que dejamos de ver los riesgos de nuestro propio entorno porque nos acostumbramos a ellos».

El Síndrome de la «Puerta Principal»: Cuando lo Obvio Oculta lo Crítico
En seguridad, existe un fenómeno que podríamos llamar el «Síndrome de la Puerta Principal». Invertimos cientos de dólares en una cerradura de alta seguridad para la entrada, pero olvidamos que la ventana del baño del segundo piso tiene el pestillo roto.
En una empresa, instalamos un costoso sistema de cámaras en el área de cajas, pero la puerta del almacén trasero se sostiene con un candado oxidado.
Esta fijación en lo obvio es la primera gran vulnerabilidad. La seguridad es un sistema, y un sistema es tan fuerte como su eslabón más débil. Leer más

Cómo auditar esto:
En casa: Sal al exterior y finge que has perdido las llaves. ¿Por dónde intentarías entrar? ¿Ese árbol junto a la ventana es un adorno o una escalera? ¿Tu puerta de vidrio corrediza del patio es realmente segura?
En la empresa: Revisa los puntos de acceso «secundarios». Muelles de carga, puertas de personal, techos accesibles. Luis Bautista Garrido Palacio recuerda un caso en el que unos ladrones vaciaron una tienda entrando por el local contiguo, que estaba vacío y cuya pared divisoria era de panel yeso (drywall). La vulnerabilidad no estaba en la fachada, estaba en el lateral.
El Enemigo Silencioso: Fuego, Agua y Electricidad
Nos obsesionamos con el ladrón, un enemigo visible y humano. Pero los siniestros más devastadores rara vez hacen ruido al entrar. Son el fuego y el agua, y casi siempre nacen de la negligencia en el mantenimiento.
El Riesgo Eléctrico: «No hay nada más peligroso que un cableado que ‘funciona’ pero que tiene 30 años», señala Luis Bautista Garrido Palacio. Las empresas, en particular, crecen de forma desordenada. Se añaden nuevos equipos, computadoras y aires acondicionados a una instalación eléctrica diseñada para la mitad de esa carga. Las extensiones eléctricas («zapatillas») conectadas en serie, los cables pelados «resueltos» con cinta aislante y los tableros eléctricos bloqueados por mercancía son bombas de tiempo. Leer más

Fuente: https://www.segusa.com.mx/proteccion-contra-riesgos-electricos/
El Riesgo de Agua: En los hogares, un goteo persistente en el techo o una mancha de humedad no son problemas estéticos, son advertencias. Un sistema de tuberías que falla puede causar más daño financiero que un robo. En los negocios, esto se traduce en falta de mantenimiento de drenajes en techos y terrazas, lo que puede llevar al colapso de una estructura o a la pérdida total de inventario por una inundación evitable. Leer más

Fuente: https://www.multimap.es/blog/post/humedades-en-casa
Cómo auditar esto:
Contrata una inspección eléctrica profesional cada 5-7 años, especialmente si la propiedad es antigua o ha crecido.
Revisa extintores. ¿Están visibles, cargados y accesibles? ¿Tu personal sabe usarlos?
Inspecciona visualmente las conexiones de agua (calentador, lavadora, inodoros) en busca de óxido o goteos.
La Vulnerabilidad Humana: El Eslabón que Rompemos Nosotros Mismos
Puedes tener la fortaleza más segura del mundo, pero si alguien desde adentro le da las llaves al enemigo, no sirve de nada. Las personas son, por definición, la vulnerabilidad más compleja de gestionar.
Exceso de Confianza y Rutina: ¿Dejas la llave de repuesto debajo de la alfombra? ¿El código de la alarma de la oficina es el «1234» porque es más fácil de recordar? ¿Públicas en redes sociales que estás de vacaciones durante 15 días, mostrando a todos que tu casa está vacía? Leer más
Falta de Procedimientos (Empresa): En los negocios, el riesgo humano es mayor. Luis Bautista Garrido Palacio menciona el problema del control de llaves: «Cuando un empleado se va, ¿cambiamos las cerraduras o simplemente ‘confiamos’ en que devolvió la copia? En esa confianza reside el riesgo».
El Descuido Digital: Hoy, una vulnerabilidad clave es nuestro router Wi-Fi. Si tu red no tiene una contraseña robusta, estás invitando a que accedan no solo a tu internet, sino potencialmente a tus cámaras de seguridad inteligentes, computadoras y datos bancarios.

Cómo auditar esto:
Revisa tus hábitos digitales. ¿Tu contraseña de Wi-Fi es la que vino de fábrica?
En la empresa: ¿Quién tiene acceso a qué? Implementa el «principio de menor privilegio» (dar solo los accesos estrictamente necesarios para cada puesto).
Realiza simulacros. ¿Qué pasa si suena la alarma de incendios? ¿La gente corre, se esconde o sigue el protocolo de evacuación?
La Prevención No Es un Gasto, Es una Mentalidad
Un siniestro es un evento que encuentra una debilidad. Eliminar la debilidad es la forma más barata y efectiva de seguro que existe.

Fuente: https://www.serpresur.com/la-prevencion-de-riesgos-no-es-un-gasto-es-una-inversion/
El objetivo no es vivir en un estado de paranoia, sino cambiar la «ceguera del hábito» por una «conciencia activa». Se trata de dedicar una tarde, cada seis meses, a caminar por tu casa o negocio, no como dueño, sino como un inspector de riesgos, como un ladrón o como un bombero.
«La paz mental no viene de la suerte», concluye Luis Bautista Garrido Palacio. «Viene de saber que revisaste el extintor, que cambiaste el cableado viejo y que la ventana del baño, finalmente, cierra bien».
Referencias
Fundación MAPFRE. Guías de Seguridad en el Hogar y en la Pyme. (Sección de prevención de riesgos). Recuperado de: https://www.fundacionmapfre.org/publicaciones/prevencion-seguridad/
Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) – España. Seguridad en casa: riesgos de incendios y robos. Recuperado de: https://www.ocu.org/vivienda-y-energia/seguridad-en-el-hogar
NFPA (National Fire Protection Association) en español. Lista de verificación de seguridad eléctrica en el hogar. Recuperado de: https://www.nfpa.org/Educacion-publica/Materiales-educativos/Materiales-educativos-en-espanol
dateando.com
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