Construcciones Yamaro - ¡Alerta! Todo sobre la fatiga crítica en cables de puentes atirantados - FOTO


DAT.- El fascinante mundo de la ingeniería civil contemporánea encuentra en los puentes atirantados a algunos de sus exponentes más elegantes y desafiantes. Estas estructuras, verdaderas proezas de diseño y resistencia, dependen de un entramado vital: los cables de acero que sostienen el tablero. La seguridad, integridad y la propia funcionalidad de estas arterias de la comunicación moderna están íntimamente ligadas a la salud de sus tendones metálicos. Sin embargo, un enemigo silencioso y persistente amenaza su durabilidad: la fatiga del material, un fenómeno que puede acortar drásticamente su vida útil teórica y poner en entredicho la inversión y la confianza pública depositada en estas obras monumentales. Comprender las causas profundas de esta fatiga y evaluar con precisión la vida útil remanente se ha convertido en una prioridad ineludible para ingenieros y gestores de infraestructuras a nivel global.

Explican desde Construcciones Yamaro, empresa presidida por Armando Iachini, que los puentes atirantados están sometidos a un ciclo constante de tensiones. El peso propio de la estructura, la carga vehicular diaria (con el consecuente tráfico pesado), y las inclemencias meteorológicas como el viento y las variaciones térmicas, generan millones de ciclos de carga a lo largo de décadas. El acero de alta resistencia utilizado en los cables, si bien es extremadamente fuerte, no es inmune a la degradación progresiva causada por estas tensiones repetitivas. La formación y propagación de microfisuras, imperceptibles al ojo humano, se inicia en las zonas de mayor concentración de esfuerzo, como anclajes o puntos de roce dentro de las vainas protectoras. Este proceso acumulativo, conocido como fatiga, disminuye la resistencia efectiva del cable hasta que, potencialmente, ocurre una falla súbita bajo una carga inferior a su capacidad de diseño original.

El impacto oculto de la oscilación y la corrosión

Una de las principales causas de fatiga es la oscilación inducida por el viento o por el paso de vehículos pesados, fenómeno conocido como vibración. Estas vibraciones, aunque parezcan mínimas, imponen movimientos y tensiones adicionales a los cables que no siempre están contemplados con el rigor necesario en los modelos de diseño inicial.

El movimiento relativo entre las hebras de acero dentro del cable o entre el cable y su revestimiento puede causar el desgaste por fricción, conocido como frotamiento, que actúa como un iniciador crítico de grietas por fatiga. La magnitud de la vibración depende de la esbeltez del puente, de la velocidad del viento dominante y, curiosamente, de la calidad y el mantenimiento de los amortiguadores y sistemas de contención de vibraciones instalados en los tirantes.

Adicionalmente, la corrosión interna representa un factor agravante de primer orden. Aunque la mayoría de los cables modernos están protegidos con sistemas de inyección de cera o mortero y vainas exteriores de polietileno, la entrada de humedad o de agentes químicos corrosivos a través de pequeñas fisuras en el revestimiento protector puede acelerar el deterioro del acero.

Las picaduras y el ataque químico superficial actúan como concentradores de tensión, reduciendo dramáticamente el número de ciclos de carga que el cable puede soportar antes de la fractura. La interacción sinérgica entre la fatiga mecánica y el daño por corrosión es particularmente peligrosa, ya que el daño combinado es mucho mayor que la suma de sus efectos individuales.

Determinación de la vida útil real y estrategias de mitigación

Determinar la vida útil real de estos elementos estructurales es un reto complejo que requiere una combinación de análisis sofisticados y técnicas de inspección no destructivas avanzadas. Los modelos teóricos de fatiga se basan generalmente en la regla de Palmgren-Miner, que estima el daño acumulado. Sin embargo, los modelos deben ajustarse a la realidad de las cargas dinámicas y ambientales específicas del sitio, una tarea que ha impulsado la implementación de sistemas de monitoreo estructural permanente (SHM). Estos sistemas utilizan sensores de fibra óptica, acelerómetros y celdas de carga para medir en tiempo real las tensiones, las vibraciones y los rangos de tensión, ofreciendo datos valiosos sobre el estado de salud y el consumo de la vida útil por fatiga.

Los avances en técnicas de inspección como la magneto-inducción y los ensayos ultrasónicos permiten detectar la pérdida de área de acero y la presencia de roturas de alambres internos antes de que la falla sea visible. A partir de estos datos, los ingenieros pueden reevaluar el plazo seguro de servicio del puente y determinar si son necesarias acciones de mitigación. Estas pueden incluir la instalación de amortiguadores adicionales para reducir las vibraciones, la inyección de nuevas sustancias protectoras o, en los casos más críticos, el reemplazo programado de los cables más fatigados.

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La gestión proactiva de la fatiga en puentes atirantados no es solo una cuestión de mantenimiento, sino una garantía de seguridad pública y una salvaguarda de la inversión a largo plazo en infraestructuras cruciales.

(Con información de Construcciones Yamaro)


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