El éxito de un jugador va más allá de unos resultados determinados, se trata también de consistencia, resiliencia y carácter. Cómo alguna vez dijo Víctor Davalillo, para llegar a las Grandes Ligas solo se necesitan dos pasos, llegar y quedarse. Y, claro, ese último es el más difícil, porque no, no alcanza con el talento, se necesita mucha disciplina.
Ejemplos en el beisbol de hoy hay muchos. Pero, sin lugar a dudas, Martín Pérez está en los primeros puestos de esa lista. El venezolano de ahora 34 años fue, por allá en 2011, el mejor prospecto de los Medias Blancas de Chicago y yo personalmente recuerdo una transmisión de la LVBP en la que el comentarista decía disfruten de este muchacho porque va a perderse de vista. Bajo esa etiqueta muchos hemos seguido la carrera del derecho, que irrumpió en el beisbol con el sinker y la recta de cuatro costuras como lanzamientos principales y, a pesar de no tener una velocidad impresionante, tenía un gran comando.
Cualquiera pudiese decir que se quedó corto en el afán de convertirse en una figura. Pero hay que mirar más allá. Las lesiones hicieron mella en su carrera y ser constantemente dominante ha sido un verdadero desafío, tanto que solo en dos de sus trece campañas ha podido terminar con una efectividad menor a 4.00. Pero entonces, ¿cómo es que ha logrado mantenerse?
La respuesta es sencilla, Martín es un jugador resiliente, que siempre está buscando mejorar, que se adapta a lo que necesitan de él y juega para el equipo, como evidencia de ello en 2023 accedió sin reparos, ni polémicas, pasar al relevo de los Rangers. Sí, respondió y terminó siendo clave en el camino hacia el título, especialmente en la Serie de Campeonato ante los Astros de Houston, pero eso no hizo menos dura la transición, especialmente porque un año antes había tenido la mejor temporada de su carrera, con récord de 12-8 y una efectividad de 2.89. Y, a pesar de ser campeón, el 2024 no fue más sencillo.
Sí, volvió a ser abridor, pero empezó en Pittsburgh y terminó en San Diego y a la larga solo pudo hacer 22 presentaciones, la menor cantidad de su carrera (sin contar la temporada recortada por el Covid) desde 2018. Finalmente, volvió a la agencia libre y al firmar con Medias Blancas muchos creyeron que estaba listo para bajar el ritmo. Pero no, aún en Chicago, se las ha ingeniado para brillar.
Debutó con 6.0 innings sin hits ni carreras ante los Mellizos, a quienes les receptó además nueve ponches. Y seis días después ante los Tigres lanzó seis y un tercio de una carrera para dejar su efectividad en 0.73. Está en un buen momento, en control de su cuerpo y sus movimientos, otra vez dando cátedra de resiliencia. Ahora falta ver si le alcanza para ser consistente y sigue alargando esta historia.
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