Resistido y criticado absurdamente por atorrantes del teclado de las redes sociales, Salomón Rondón es por mérito propio el más completo y decisivo delantero de la historia del fútbol nacional y de la selección de Venezuela. Sin ser un dechado de habilidades en sus inicios como jugador en las filas del Aragua, el “Gladiador” de Catia es fruto de una gran determinación para desarrollar sus cualidades y abrirse camino en la escena internacional a punta de goles en todos los equipos donde ha militado.
En la Vinotinto también ha marcado época, porque antes de su aparición ningún avanzado había mostrado tantos atributos para ser el delantero centro indiscutible y el emblema del ataque. Todos los técnicos que pasaron por la selección absoluta habían tenido dificultades para encontrar un artillero que conjugara los atributos de Rondón. En los tiempos en los que Venezuela solo acumulaba derrotas, los mejores en el ataque habían sido el correoso Rafa Santana y el genial Luis Mendoza, un 10 puro con una pegada tremenda, quienes anotaron cuatro tantos cada uno para la Vinotinto.
Cuando la selección dejó de ser la Cenicienta de Suramérica para cambiar la historia bajo la batuta del técnico Richard Páez Monzón, el también merideño Rubert Morán con su fútbol escurridizo de movilidad y desmarques para transitar por los espacios reducidos y definir con clase fue el mejor delantero de la selección con sus 8 goles, pero carecía de la fuerza para luchar en el área con los zagueros rivales.
La llegada de Rondón a la Vinotinto de César Farías cambió la ecuación. Porque el caraqueño es un atacante total. En Inglaterra aprendió los secretos del puesto para jugar de espaldas al arco, bajar los balones o alargar las acciones con un cabezazo o un pase en profundidad. Pero Salo no es un simple target man a la antigua; sabe moverse en el área en procura de un pasadizo y liquidar de zurda, de derecha o ganando por alto para sembrar el balón en la red. En los Tuzos del Pachuca de México ha demostrado su absoluta vigencia como artillero, ganando títulos, premios de MVP y goleador, y es lógico que lo hayan renovado. A su carrera solo le falta la guinda de jugar el Mundial de mayores, su gran reto en esta recta final de la eliminatoria suramericana a la Copa de 2026.
Caracas quedó al borde del precipicio
La debacle del Caracas en las últimas cinco jornadas de la Liga Futve tienen al equipo de Fernando Aristeguieta con medio pie fuera de la siguiente ronda de los cuadrangulares semifinales. Con apenas dos puntos, fruto de un par de empates, y tres reveses consecutivos el Rojo camina sobre el precipicio y ahora depende una un milagro para clasificar.
La sacudida 1-4 que le dio Monagas en la penúltima fecha fue la gota que rebasó el declinante rendimiento del club. Pese a contar con superioridad numérica por la expulsión de Antonio Romero en el minuto 35, el cuadro capitalino se desmoronó en la defensa y fue superado ampliamente por los del Guarapiche, que ha tomado aire y tienen en sus botines la posibilidad de culminar entre los ocho mejores de la primera fase, si en la última fecha derrota al Anzoátegui en Puerto La Cruz.
El proyecto de renovación del Caracas basado en el aporte de los jugadores formados en la cantera requiere de tiempo para la madurez de estos chamos. Ender Echenique, Miguel Vegas, Marco Morigi, Chris Martínez y José Rondón son las apuestas de futuro de la gerencia del cuadro capitalino, pero está visto que todavía les falta recorrido para colocar sobre sus espaldas la responsabilidad de recuperar la grandeza extraviada del club con más títulos del fútbol nacional. La goleada sufrida ante Monagas 1-4 en el Olímpico obliga a vencer la UCV en la última fecha y ligar una carambola.
La Liga Futve tiene que aclarar denuncia de Pérez Greco en el baile de Academia
Las denuncias del técnico del Deportivo Táchira, Edgar Pérez-Greco, de que hubo una situación irregular en la comparecencia para el segundo tiempo del cuerpo arbitral, encabezado por Ángel Arteaga, en la derrota 3-2 sufrida ante Academia Puerto Cabello, no se puede barrer debajo de la alfombra. Fue un hecho notorio que los jueces tardaron cerca de 20 minutos en ingresar al campo para reanudar las acciones, y de acuerdo a las declaraciones del entrenador del aurinegro ocurrió una situación extraña en los camerinos.
La directiva de la Liga Futve está en la obligación de aclarar lo que pasó en el estadio La Bombonerita para cortar el vuelo a todas las suspicacias que han surgido a raíz de las declaraciones y la razonable molestia del entrenador. Aunque la directiva del Táchira no salió, al menos públicamente, a respaldar las denuncias de Pérez-Greco a través de un comunicado oficial, las dudas sembrada alrededor de la tardanza de los árbitros merecen ser investigadas y explicadas a la opinión pública, en aras de resguardar la credibilidad de los responsables de dirigir los partidos.
Si el retardo en la salida fue ocasionada por el malestar físico de uno de los jueces, como se ha dejado correr sin que nadie que lo confirme, entonces la Liga Futve tiene que decirlo en voz alta para despejar el malentendido.
En lo futbolístico el trabajo de los jueces en nada influyó en el resultado del juego ni en el primer y mucho menos en el segundo. Academia Puerto Cabello zarandeó al Táchira en los 45 finales. Se adueñó de la pelota, tuvo la iniciativa, transformó su dominio en una soberbia victoria que lo puso en carrera hacia la siguiente fase y acentuó los problemas defensivos que tiene el equipo de Pérez-Greco.
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