Donald Trump teme que atacar a Venezuela no lleve a la salida de Nicolas Maduro


El presidente de EE. UU., Donald Trump, ha expresado reservas a sus principales asesores sobre el lanzamiento de ataques militares contra Venezuela, por temor de que tales acciones no logren la salida de Nicolás Maduro del poder, revelaron funcionarios a The Wall Street Journal.

Tales dudas resaltan que la estrategia de Washington en torno a Venezuela sigue cambiando, pese a la acumulación de elementos militares en el Caribe y las amenazas públicas del mandatario.

Según los funcionarios, cuestiones básicas, como forzar la salida de Maduro u obligarlo a hacer concesiones, todavía siguen sin decidirse.

En cualquier caso, Trump sigue preguntando a los asesores en torno a las opciones militares, según las fuentes. Esto llevó a algunos a sugerir que el presidente podría, eventualmente, ordenar un ataque contra Venezuela.

Las opciones que se le han presentado van desde la intensificación de la presión económica hasta la acción militar dentro de Venezuela. Incluso, se ha hablado de acciones contra instalaciones militares y gubernamentales.

Por ahora, los funcionarios dicen que Trump está «contento» con elevar lentamente las fuerzas estadounidenses en la región y continuar atacando embarcaciones.

Todavía no existe un cronograma para una decisión sobre si intensificar o no la campaña contra Maduro, según los funcionarios. Entre tanto, Trump continúa siendo cauteloso sobre involucrarse de manera directa en Venezuela, después de que en su primer mandato fracasara su intento de que el líder chavista abandonara el poder.

Los tres escenarios

A Trump se le presentaron tres opciones amplias para aumentar la presión sobre Maduro, dijeron los informantes.

El primer escenario que contempla Washington, según lo reportado primeramente por The New York Times, es llevar a cabo ataques aéreos contra instalaciones militares venezolanas que presuntamente guardan vínculos con el narcotráfico. El propósito es debilitar el apoyo militar de Maduro.

La segunda opción sería ejecutar operaciones especiales para capturar al líder chavista, con el argumento de que «lidera» una organización narcoterrorista, acusación que el Departamento de Justicia intenta sustentar de manera legal.

La tercera opción sería la más compleja de todas. Esta implicaría tomar el control de los aeródromos y campos petroleros estratégicos, lo que en cualquier caso contempla un despliegue militar por tierra de alto riesgo.

En contexto

Bajo el argumento de combatir el narcotráfico, la Administración de Donald Trump intensificó en los últimos meses su ofensiva contra cárteles latinoamericanos considerados terroristas, declarando un “conflicto armado directo” que ha servido de justificación para sus operaciones militares en aguas internacionales.

El aumento de tensiones comenzó en agosto con el despliegue de buques del Ejército estadounidense en el Caribe, con Venezuela en el centro de la atención, y se ha extendido recientemente al Pacífico, involucrando también a Colombia.

Tanto los gobiernos de Nicolás Maduro como el de Gustavo Petro —a quienes Trump ha señalado por presuntos vínculos con el narcotráfico— han denunciado estos ataques como asesinatos y ejecuciones extrajudiciales. Organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional, también han cuestionado la legalidad de estas acciones bajo el derecho internacional.

Hasta la fecha, las operaciones han dejado más de 60 muertos a bordo de un total de 17 embarcaciones.

Congreso recibe detalles

El miércoles, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, y el secretario de Guerra, Pete Hegseth, informaron al Congreso sobre los recientes ataques estadounidenses contra presuntas embarcaciones de narcotráfico frente a las costas de Venezuela.

Según la agencia Reuters, Rubio y Hegseth se reunieron durante aproximadamente una hora con líderes republicanos y demócratas, así como con miembros de alto rango de los comités de seguridad nacional, para detallar los ataques en el Caribe y el Pacífico, que han dejado más de 60 muertos.

Varios legisladores presentes señalaron que los funcionarios explicaron que los barcos transportaban cocaína —no fentanilo— y ofrecieron su justificación legal para las acciones. Los aliados de Trump en el Congreso expresaron satisfacción con la sesión informativa.

El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, describió la información de inteligencia como “exquisita” y aseguró que EE. UU. sabe “casi con exactitud” quiénes estaban a bordo de los buques. Johnson agregó: “Por lo que sé hasta ahora, tenemos un alto grado de fiabilidad. Se trata de los cárteles. Estas son las personas involucradas. Lo hacen deliberadamente. No son personas que están en un barco por casualidad. Su intención es traficar con drogas en el país, lo cual perjudica gravemente al pueblo estadounidense”.


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