Los demócratas dominaron las elecciones estatales del martes, las primeras grandes votaciones desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Los resultados reflejan un creciente descontento con la situación económica y plantean un serio desafío para el Partido Republicano de cara a las legislativas de 2026.
El partido azul conquistó las gobernaciones de Virginia y Nueva Jersey, además de lograr triunfos en las elecciones para la Corte Suprema estatal de Pensilvania y en votaciones locales en Colorado, Maine y California.
En Virginia, la excongresista Abigail Spanberger hizo historia al convertirse en la primera mujer gobernadora del estado, mientras que en Nueva Jersey, Mikie Sherrill venció con una campaña centrada en la economía, la seguridad y la salud pública. Ambas se distanciaron de los sectores más progresistas de su partido y apelaron al electorado moderado con un mensaje de “pragmatismo sobre partidismo”.
Según las encuestas de la AP Voter Poll, los votantes priorizaron temas económicos —inflación, empleo y costo de vida— por encima de la inmigración o la seguridad fronteriza, ejes que el trumpismo intentó capitalizar sin éxito.
Paradójicamente, esas mismas preocupaciones económicas impulsaron a Trump a la presidencia un año atrás. Sin embargo, la falta de resultados concretos en materia de recuperación parece ahora minar el respaldo a su partido.
En Nueva York, el ascenso del legislador Zohran Mamdani, de 34 años, marcó otro hito: será el primer alcalde musulmán y el más joven en más de un siglo. Su victoria, con una agenda abiertamente socialista, entusiasmó a la izquierda demócrata pero encendió alarmas en el empresariado y entre votantes moderados.
En Pensilvania, los demócratas barrieron las tres plazas disponibles del Tribunal Supremo estatal, lo que podría influir en futuros litigios sobre redistribución electoral y procesos de votación. En Maine, los ciudadanos rechazaron exigir identificación obligatoria para votar y aprobaron una ley de “alerta roja” sobre control de armas, mientras que Colorado aprobó un impuesto a los ingresos altos para financiar programas de alimentación escolar.
En California, los votantes avalaron la Proposición 50, que redefine los distritos congresionales y podría otorgar a los demócratas hasta cinco escaños adicionales en la Cámara de Representantes, reforzando su posición en la contienda por el control del Congreso en 2026.
A pesar de su ausencia en la campaña, Trump se atribuyó los reveses republicanos a factores externos como el cierre parcial del gobierno, intentando minimizar el impacto político de los resultados. Sin embargo, el mensaje de las urnas fue claro: los votantes expresaron frustración por el rumbo del país bajo su mandato.
Según los sondeos, seis de cada diez electores en Virginia y Nueva Jersey dijeron sentirse “enojados” o “insatisfechos” con la situación nacional.
Las elecciones de 2025 dejaron ver un mapa político más fragmentado y un electorado que castiga los extremos. Mientras los demócratas celebran su impulso, los republicanos enfrentan la incómoda tarea de replantear su estrategia antes de las cruciales legislativas de 2026.
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