Tierra de Gracia es Venezuela. Mientras el Gobierno de Estados Unidos lanza amenazas contra nuestro país y buques de guerra rondan el mar Caribe, la población canta, baila, escucha buena música y se divierte. Eso sí, no oculta sus pesares ni esconde sus clamores por mayor bienestar, pero también plena plazas, parques, recintos, centros nocturnos, entre otros lugares, para mostrar su inamovible alegría.
Esta afirmación se basa en hechos. No se trata de eventos gubernamentales ni actos oficiales. A tan solo horas de declararse un cerco imperial contra nuestra Patria, se registraron en Venezuela conciertos multitudinarios, bailes, karaokes y rumbas. Repito, no es una estrategia retórica de generalización. Es un argumento basado en hechos concretos.
Solo la Concha Acústica de Bello Monte, recinto de conciertos en Caracas, recibió en menos de una semana a dos agrupaciones musicales a lleno total, en medio de rumores y anuncios que buscaban socavar la paz y el buen ánimo de nuestra gente.
La primera de ellas fue el dúo venezolano Alleh y Yorghaki, quienes el 13 de agosto, en medio de un espectáculo de luces y fuegos artificiales, se presentaron ante una cantidad considerable de jóvenes, provenientes de todo el país. Las redes se inundaron de fotos con rostros sonrientes y baile. Lo paradójico es que en horas de la mañana la fiscal general de EEUU, Pam Bondi, anunció por la cadena Fox la presunta, poco creíble y risible confiscación de+ bienes al presidente de Venezuela y un deshonroso desafío en su contra.
La segunda fecha fue el sábado 16 de agosto. “La Concha” se llenó con la legendaria banda mexicana de rock Molotov. Ese mismo día, medios internacionales destacaron el despliegue de cuatro mil marines estadounidenses y un buque de guerra nuclear cerca de las costas venezolanas. Sin embargo, una vez más, la alegría y el desparpajo alimentaron publicaciones de medios nacionales y cuentas de redes sociales.
Todo esto, sin contar las fiestas en locales nocturnos, los bailes en plazas públicas y los ahora famosos recorridos rumberos en barriadas caraqueñas y otras poblaciones del país.
No hay que desestimar las amenazas, pero asimismo hay que resaltar que el pueblo venezolano no se amilana y se moviliza. Y, además, a pesar de esa peligrosa situación que le ronda, también goza, canta, muestra su alegría, baila y se divierte.
IG: @ajunez_profesor
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