Al parecer, las barrabasadas de Trump volvieron a engañar a la cofradía opositora, incluyendo la banda de La Interfecta, que en verdad creyó que la movilización de barcos de guerra estadounidenses por el Caribe decretaba la invasión del país, detendrían a Nicolás, Diosdado y Padrino, para entregarle la nación a quien ya ha demostrado ser no solo sociópata, sino también mitómana.
El anuncio de que los barcos de combate regresaban a sus puertos dejó en frío a quienes en verdad no pueden atribuírseles otro epíteto que no sea el de traidores.
Lo que no quiere decir que no debamos estar alerta ante los diversos intentos de acabar con el proceso y de llevarse preso al presidente Maduro. No olvidemos que ya lo hicieron con muchos otros, Manuel Antonio Noriega, por ejemplo, acusado de ser hombre de la CIA y de traicionar a Omar Torrijos, y lo terminaron acusando de narcotraficante, lo cual es común que ocurra. Es el estilo gringo, acusar sin fundamento, sin prueba alguna, para destruir moralmente a las personas. Todo el que ha osado enfrentarse al imperio recibe esas dosis de medicina mortal. Primero vienen los sabotajes internos, para lo que siempre tienen arrastrados y celestinas. Si esta medida no funciona, entonces viene la destrucción moral y acusaciones de aberrado sexual, o narcotraficante, o dictador asesino. Hoy nada tiene por qué extrañarnos. Veamos lo que está ocurriendo en Serbia, que es la misma receta.
Y, además, los intentos de sabotaje nunca desistirán por todas las vías que sean necesarias. Acabamos de ver a los cuerpos de seguridad del Estado en una nueva acción para descubrir escondites, donde en esta oportunidad se encontraban armas de grueso calibre, destinadas, fundamentalmente, al asesinato de líderes del proceso por acción de francotiradores. Ya hay más de 30 detenidos por este nuevo hecho. Por ello nunca debemos olvidar la frase de Chávez: “El enemigo no duerme”.
Lo cierto del caso es que, en esta nueva batalla, Nicolás ha ganado, tanto por la vía diplomática como por la vía de la fuerza, porque se ha impedido la acción de enemigos de la Patria y el desate de la violencia en el país, que es precisamente lo que quieren. Las amenazas siguen presentes por todas las vías, pero el país se ha estado preparando y el venezolano tiene plena conciencia de que la paz es una necesidad, pero la defensa también.
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