El avance de la aeroponía en Venezuela se evidencia con el primer núcleo del Centro Biotecnológico para la Formación en la Producción de Semillas Agámicas (Cebisa) en el estado Mérida, un lugar en el que los campesinos se han capacitado.
En Cebisa buscan rescatar las semillas ancestrales con el manejo de técnicas de cultivo limpias, por eso este laboratorio está a punto de ser reconocido como uno de categoría 2.
El proyecto fue presentado en días recientes ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como parte de la alianza científico-campesina.
La ministra para Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez, señaló que en el mes de agosto los expertos de la Unesco visitarán el país para evaluarlo.
Precisó que la gestión de producción de semillas por biotecnología representa para el país más de 460 millones de dólares anuales en sustitución de importaciones. Además, refirió que con esto se garantiza la calidad genética y fitosanitaria.
“Ese núcleo de aeroponía produce semillas biotecnológicas rescatadas de nuestras semillas ancestrales y tienen un software desarrollado por nosotros y recibe nutrientes de nanofertilizantes formulados por venezolanos”, detalló.


Antecedentes.
El antecedente es la consolidación y el escalamiento desde 2009 de la Red Socialista de Innovación Productiva Integral del Cultivo de la Papa del estado Mérida.
Desarrollada por la Asociación de Productores Integrales del Páramo (Proinpa), la idea era lograr una semilla de papa de alta calidad genética y sanitaria, explicó a Últimas Noticias Rafael Romero Cadenas, coordinador de planificación y miembro fundador de la organización.
Fue así como, con el pasar del tiempo y por el interés de todos, han trabajado en trascender hacia la agroecología, y dejar a un lado el concepto del monocultivo o modelo de agricultura de la Revolución Verde que se fundamenta en un solo cultivo con agrotóxicos y fertilizantes sintéticos.
El horizonte siempre ha sido cambiar hacia una agricultura responsable, con el mínimo uso de agrotóxicos y diversificar las unidades de producción.
Esa meta incluye la tecnificación de las estrategias, por lo que han venido desarrollando tecnologías desde las sencillas hasta las sofisticadas como el uso de biotecnología.
En este sentido, los productores se han especializado sobre el tema de semilla y han incursionado en el cultivo in vitro o cultivo de tejidos, que es la tecnología adecuada para la multiplicación de semillas de forma clonal o asexual.
“A partir del 2009 comenzamos con la inclusión en el tema de cultivo in vitro y en el 2013, con el apoyo del Ministerio para Ciencia y la Tecnología, construimos un laboratorio ya con todas las condiciones idóneas para la multiplicación”, expresó.
Agregó que, desde allí, se comenzó a incursionar en otros rubros, ya no solo papa, sino también ajo, café, batata y más, hasta diferentes cultivos, desde forestales, ornamentales y frutales.
Es así como desde 2015, con el uso del laboratorio, hoy por hoy se ha construido un referente de producción biotecnológica de las manos de los campesinos, característica que da mayor significado al Cebisa.
El cultivo in vitro es una tecnología que, por lo general, se ve en academias y corporaciones privadas, así como institutos de investigación, pero el Cebisa es el único proyecto manejado por las y los campesinos formados para ponerla en práctica.
Muchos aliados se han incorporado como el Instituto de Estudios Avanzados, la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, la de los Andes, el Instituto de Biología Experimental y otros.
“Todo esto termina siendo en el mercado un concepto que se llama ciencia abierta, que es el conocimiento aplicado y relacionado con el sujeto de investigación, es decir, las personas y los usuarios que la necesitan”, dijo.
Añadió que el proyecto cuenta con un banco de germoplasma que permite hacer estos estudios de la genética relativos a los cultivos nativos de variedades mejoradas.
“Una vez que entra en su etapa de consolidación, estaremos a las puertas de ser reconocidos por Unesco. Sería el único en Venezuela y un referente a nivel mundial que permitiría el intercambio de conocimiento”, resaltó.
Asimismo, dijo que con las semillas que producen se están resolviendo problemas en 20 estados bajo una relación de “transferencia horizontal, de productor a productor”.
“Estamos orgullosos del proyecto y creemos que este tipo de iniciativas permiten que el país logre construir la independencia y soberanía alimentaria. Somos un referente nacional y creemos que si nosotros pudimos lograrlo, otros productores en el país pueden lograrlo también”, aseguró el productor.
Datos
Polo. Un centro de categoría 2 se considera un polo de reunión de expertos regionales e internacionales, que además brinda asistencia técnica y servicio.
Apoyo. Con un nivel 2, el núcleo del Cebisa podrá apoyar no solo las actividades regionales, sino también las de carácter mundial, subregional o interregional que sean realizadas tanto por la Unesco como por otros.
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