Cerebro y cuerpo en acción


Para rendir más en los estudios y obtener mejores calificaciones no basta con ejercitar el cerebro mediante técnicas de memorización, aprendizaje y repaso, sino que también hay que entrenar el cuerpo, ya que el ejercicio físico también es un excelente tónico para las neuronas de los niños y jóvenes. La actividad física en los niños ayuda a mejorar el rendimiento escolar. Esta optimización, mayor cuanto más se ejercitan, podría deberse a que aumenta el flujo de sangre y oxígeno al cerebro, entre otros beneficios.

La actividad física influye en el rendimiento escolar de los niños, siendo el beneficio mayor cuanto más ejercicio practican. Según un estudio efectuado por científicos del Instituto EMGO de Investigación sobre la Salud y la Atención, de la Universidad de Vrije (VUmC), en Ámsterdam, Holanda, el vínculo entre la actividad física y el rendimiento escolar podría deberse a que el ejercicio parece producir un incremento en el flujo de sangre y oxígeno que llega al cerebro, nutriendo y tonificando este órgano.

“Los niños que aprenden a participar en actividades deportivas también aprenden a obedecer reglas. Esto podría significar que están más disciplinados y son capaces de concentrarse mejor durante el estudio”, explica la pediatra Jenny Alvarado. Para esta experta, se debe analizar la relación entre la actividad física y el rendimiento académico, ante el temor de que la presión por obtener mejores calificaciones pudiera llevar a muchos niños a dedicar más tiempo al estudio, descuidando su actividad física.

Dicho temor se ha disipado, al encontrarse una “relación positiva significativa” entre la actividad física y el rendimiento académico. Además, los expertos observan que el ejercicio reduce el estrés y mejora el estado de ánimo, lo que hace que los niños tengan más probabilidad de comportarse mejor en el aula.

Hay varias hipótesis sobre los mecanismos por los que el ejercicio es beneficioso para la cognición. Una de ellas es que hacer deporte mejora la función cardiaca y la capacidad pulmonar y que el cerebro recibe un aumento de oxígeno. Otra menciona el aumento de los niveles de las hormonas endorfinas y norepinefrina, lo que reduce los niveles de estrés y mejora el humor.

El deporte facilita un aumento de los factores de crecimiento que ayudan a crear nuevas células nerviosas lo que estimula la plasticidad sináptica (conexión entre las neuronas), de allí que, según el mencionado estudio los niños que practican deporte de manera habitual sacan mejores notas y hacen más los deberes, comparados con aquellos alumnos que no realizan ejercicio físico regularmente.

MAYOR ATENCIÓN

Practicar deporte logra reducir el porcentaje de niños a los que no les gusta ir a clase, y consigue que los estudiantes respeten más a los profesores y a sus propios compañeros, mejorando en general las relaciones en el aula. Además, el ejercicio puede ser especialmente beneficioso para los niños que sufren de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), un trastorno de la conducta que se caracteriza por generar en el afectado distracción moderada a grave, lapsos breve de atención, inquietud motora, inestabilidad emocional y comportamientos impulsivos.

Según la investigación de la Universidad Estatal de Michigan (MSU, por sus siglas en inglés), los niños que practican unas sesiones de 20 minutos de actividad física al día mejoran su rendimiento escolar y les ayuda a concentrarse en sus tareas en el aula. La investigación incluyó a 40 niños de 8 a 10 años de edad, la mitad de ellos con TDAH y la mitad sin ese trastorno. Los participantes caminaron a paso vivo en una cinta o se sentaron y leyeron durante 20 minutos, y a continuación completaron una prueba corta de lectura comprensiva y matemáticas, y también jugaron a un juego de ordenador que evaluaba su capacidad de ignorar las distracciones y concentrarse en un objetivo.

Todos los pequeños mostraron un mejor rendimiento en ambas pruebas después de ejercitarse, según el. Esto aporta cierta evidencia de que el ejercicio podría ser una herramienta en el tratamiento no farmacológico del TDAH. Quizá la primera medida que recomendaremos a los psicólogos sería aumentar la actividad física de estos niños.


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