La madre naturaleza provee al hombre de su sustento y conocimiento para que pueda sembrar, ya sea en invierno o verano o, con las fases de la luna, para los diferentes tipos de cultivos que son bien conocidos por nuestros campesinos en sus labores cotidianas.
Sin embargo, uno de esos ciclos poco conocidos y que marcan una gran diferencia a la hora de trasplantar un árbol frutal o de siembra directa obedece a las mareas, ese fenómeno natural donde el nivel de las aguas oceánicas sube y baja en las costas, determinando que cuando estas suben es el mejor momento de trasplantar frutales o hacer la siembra directa de la semilla.
Eso podría explicar por qué, incluso, arrojando semillas a ras del suelo, estas terminan prosperando más que aquellas que fueron plantadas en desconocimiento de esta casi “mágica” actitud o virtud de la influencia de las mareas en nuestros cultivos de frutales.
Este ejemplo nos muestra que estamos conectados al cuerpo vivo llamado tierra, que en interacción con las aguas nos indican la armonía de los ciclos para vivir en abundancia. Por eso los invito a que indaguen en su zona los ciclos de las mareas y hagan las pruebas pertinentes dentro y fuera de ese ciclo con plantas del mismo porte para que verifiquen su evolución.
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