¿Qué tienen en común Cicerón, Julio César y Cristóbal Colón, con Charles Darwin, el almirante Nelson, Lawrence de Arabia y los astronautas que se desplazan en la ingravidez extraterrestre? Aunque emplean distintos transportes, desde navíos de madera o camellos hasta naves espaciales, todos han padecido el mareo del viajero, también denominado cinetosis, palabra derivada del griego “kinesis” (movimiento) y “osis” (enfermedad).
Pero… ¿por qué se produce el mareo? El cuerpo humano se mantiene vertical de forma automática e inconsciente, gracias a los centros coordinadores del equilibrio situados en el cerebro. En estos centros se modifican las informaciones nerviosas procedentes del aparato músculo-esquelético y del sistema vestibular, alojado en el oído interno, y que constituye el principal centro detector de los movimientos de la cabeza. Cuando nos exponemos a movimientos continuados o aceleraciones del cuerpo, se produce una gran estimulación del aparato vestibular que hace aumentar la transmisión de impulsos nerviosos al cerebro. “Ello, a su vez, estimula el denominado centro del vómito, situado en el bulbo raquídeo. Además, el aparato digestivo y los ojos generan y transmiten impulsos nerviosos hacia el cerebro cuando nuestro cuerpo se mueve o acelera”, explica el otorrinolaringólogo Nicolás Pérez.
La mayoría de la gente piensa que la cinetosis es un trastorno minoritario, que se produce sobre todo en las vacaciones y durante los viajes en barco, y que es una molestia menor sin mayores consecuencias, que tampoco puede evitarse. No obstante, tan sólo algunos de quienes se marean, acostumbran tomar alguna medida farmacológica o de otro tipo, para prevenir esta situación.
Al automóvil, le siguen como medios más “mareantes”, el autobús urbano, el barco, el avión, y el tren. Los factores que más contribuyen a que se produzca el mareo son el movimiento del transporte, la mala ventilación del habitáculo, dolor de cabeza, sensación de enclaustramiento, estrés, ansiedad o nerviosismo, cansancio físico y somnolencia, así como las alteraciones de la tensión, infección o enfermedades del oído. Algunos factores pueden precipitar, agravar o predisponer a la cinetosis: el humo, los vapores, los olores, el temor o la ansiedad.
SÍNTOMAS A OBSERVAR
Los síntomas que acompañan con más frecuencia a la cinetosis, son las náuseas y la palidez o el mal color de cara, los vómitos, el sudor frío, la debilidad corporal y la pérdida del equilibrio y la pérdida de apetito, que generalmente van precedidos de bostezos, palidez, sudoración fría, somnolencia, una mayor secreción de saliva, vértigo y pérdida de la voluntad. Una vez que se han manifestado, es difícil actuar frente a ellos, por lo tanto, lo más eficaz es prevenirlos. No obstante, en vez de poner remedio a su problema, muchos cambian de medio de transporte, evitan determinados desplazamientos, renuncian a viajar y, en algunos casos, llegan a gastar más dinero para adquirir vehículos más estables, a desestimar ciertos tipos de empleos, o a evitar comprarse una segunda residencia.
EVITAR EL VÉRTIGO
• Entre las medidas que adoptan los afectados para paliar su situación, pero que no siempre son eficaces, están adoptar una determinada postura en el medio de transporte, hacer paradas frecuentes, intentar distraerse, conducir el vehículo para controlar su movimiento o intentar controlar las sensaciones mediante relajación o ingiriendo comidas ligeras, para impedir los vómitos.
• Antes de iniciar cualquier viaje los expertos aconsejan tomar una serie de medidas higiénico-dietéticas básicas, como comer moderadamente, evitar los alimentos dulces, pesados o productores de gases y reducir al mínimo el consumo de alcohol.
• Las personas predispuestas al mareo deben exponerse lo menos posible a los movimientos del vehículo, sentándose en el sentido de la marcha y en lugares concretos: en la parte central de un barco, a media distancia entre proa y popa, o en los asientos del avión coincidentes con las alas, donde el efecto “cabeceo” es menor.
• Para minimizar los efectos de la cinetosis, los expertos recomiendan ocupar el asiento delantero del automóvil y mantener la vista fija en el horizonte en lugar de intentar leer o ver algo dentro del vehículo.
• Existen varios medicamentos para combatir los síntomas de la cinetosis, pero el especialista subraya que “no se deben tomar sin la prescripción y el consejo de un médico”.
MUJERES AFECTADAS
El mareo cinético afecta especialmente a las mujeres, con el doble de frecuencia que en los hombres, especialmente durante la menstruación. También lo padecen los niños a partir de los 2 años y hasta los 17 años de edad. Los ancianos suelen también ser susceptibles al vahído.
Más allá de las causas físicas, cuando los episodios de cinetosis se repiten, ocurren varios hechos llamativos. “El primero es la asociación del mareo a un estímulo bien definido durante el desplazamiento”, sostiene Pérez. “Algunas personas lo asocian a un olor particular que han captado durante el viaje en carro y percibirlo de nuevo facilita la aparición de cinetosis. Puede, incluso, inducir sin estímulo de movimiento”, afirma el especialista.
Por otra parte, hay circunstancias que pueden hacer empeorar la cinetosis. Algunas dependen del medio de desplazamiento como los viajes por carreteras sinuosas, las aceleraciones súbitas y los frenazos bruscos. Otras, sin embargo, radican en el propio viajero. “Se trata de la susceptibilidad, una mala experiencia previa o iniciar el viaje tras una comida copiosa, entre otras situaciones”, según señala el médico.
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