Cómo es el misil antiaéreo Igla-S sobre el que Maduro advirtió que tenemos 5.000



La Revolución Bolivariana es pacífica, pero armada, insistía siempre el comandante Hugo Chávez, y en estos tiempos en que el país se ve activamente amenazado por quien siempre ha sido la amenaza latente, el presidente Nicolás Maduro nos lo recordó ahora con una precisión: contamos con 5.000 misiles de defensa antiaérea Igla-S.

«Venezuela Cuenta con unos anti drone, no digo más, estamos mostrando la puntica. Los  Igla-S para ensayar y eso no pela; es una de las armas más poderosas que hay. Cualquier fuerza militar del mundo sabe el poder de los  Igla-S y Venezuela, tiene nada más y nada menos que 5000, en los puestos claves de la defensa antiaérea, para garantizar la paz, la estabilidad y la tranquilidad de nuestro pueblo. El que entendió, entendió» —Nicolás maduro.

Antes de mirar los detalles técnicos sobre esta arma de fabricación rusa sobresale un dato fácil de entender: los gringos le dicen El Grinch.

Vamos ahora sí con los detalles de reportes técnicos de esta arma:

El Igla-S Pertenece a la familia de Manpads (siglas en inglés de Man-Portable Air Defense Systems), es decir, sistemas portátiles capaces de ser operados por un solo soldado. Su función principal es derribar aeronaves a baja y media altitud, incluyendo aviones de combate, helicópteros y drones, mediante un misil guiado por infrarrojos que busca la fuente de calor del objetivo.

Esta versión del sistema Igla representa una evolución del modelo anterior, el Igla-1 (SA-16) y el Igla (SA-18), con mejoras en el alcance, la precisión y la resistencia a las contramedidas electrónicas. Su misil pesa aproximadamente 11,3 kilogramos y es lanzado desde un tubo lanzador de unos 1,7 metros de longitud, que el operador sostiene al hombro. El conjunto completo, incluyendo el sistema de puntería, puede alcanzar un peso total cercano a los 19 kilogramos.

El proyectil está equipado con una ojiva de fragmentación altamente explosiva de 2,5 kilogramos y un sistema de espoleta de proximidad y contacto, lo que le permite detonar cerca del blanco en caso de no impactar directamente. La guía infrarroja pasiva del misil detecta la radiación térmica emitida por los motores de los aviones o helicópteros, y su cabeza buscadora cuenta con un sistema de doble espectro que le brinda mayor precisión incluso ante el uso de bengalas u otras contramedidas de distracción.

El Igla-S tiene un alcance efectivo de entre 500 y 6.000 metros y puede atacar objetivos a altitudes que van de los 10 a los 3.500 metros. Su velocidad máxima supera los 2,4 Mach (más de 2.900 km/h), lo que le permite alcanzar objetivos en pocos segundos después del lanzamiento. El tiempo de preparación para el disparo es de apenas unos segundos, lo que le da una gran capacidad de reacción en combate.

Además de su uso individual, el Igla-S puede integrarse en sistemas de defensa aérea más amplios, montados en vehículos o plataformas terrestres, lo que amplía su flexibilidad táctica. Su diseño modular facilita el mantenimiento y permite el entrenamiento rápido de operadores. En conjunto, el Igla-S se considera uno de los Manpads más avanzados producidos por Rusia, destacando por su equilibrio entre portabilidad, alcance y capacidad de impacto.

Esta arma la compró Venezuela en 2009, al parecer el primer país en adquirirla en su versión actual. Algunos otros países que han adquirido el sistema, que se sepa (en estos temas no siempre se tiene certeza), son Armenia, Azerbaiyán, Brasil, Libia, India, Eslovenia, Tailandia y Vietnam.

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