Con fe, amor y esperanza, el pueblo trujillano y de diversos estados del país junto a la Diócesis de Trujillo celebró los 160 años del nacimiento del doctor José Gregorio Hernández Cisneros, así como su fiesta litúrgica, tras su beatificación, en la población de Isnotú del municipio Rafael Rangel.
Las actividades iniciaron a la media noche con el repique de 160 campanadas en homenaje al médico de los pobres en el Santuario Niño Jesús de Isnotú.
Pasadas las 7 de la mañana de este sábado gran cantidad de peregrinos participaron en la tradicional caminata en su edición 25, la cual partió desde la plaza José Gregorio Hernández en el sector San Antonio de la ciudad de Valera con destino a Isnotú. En el recorrido se observó a niños, jóvenes, adultos, abuelos, mujeres con bebés en brazos como pago de promesa, tradición, agradecimiento o súplicas al santo trujillano.
María Gabriela García, representante de la Cofradía Beato José Gregorio Hernández de San Juan de Los Morros, estado Guárico, acudió a este paraíso espiritual junto a 89 personas para pedir al beato su intercesión por las necesidades de cada uno de ellos, así como para solicitar a la santa sede la pronta canonización del médico trujillano.
“Hoy venimos a celebrar los 160 años del natalicio de nuestro amado beato, ese hombre venezolano y hermano que intercede por cada uno de nosotros. Somos una peregrinación de 90 personas que venimos aquí a pisar la tierra santa que parió a nuestro amado beato y venimos recargados de fe, esperanza y amor para celebrar juntos este natalicio”, manifestó.


Tercer año de fiesta litúrgica
Seguidamente, se llevó a cabo la solemne fiesta litúrgica en la plaza José Gregorio Hernández, frente a la iglesia Nuestra Señora del Rosario de Isnotú, la cual fue presidida por el obispo de la Diócesis de Trujillo, monseñor José Trinidad Fernández Angulo.
Durante la homilía, monseñor Fernández resaltó los valores, virtudes y las enseñanzas del laico ejemplar José Gregorio Hernández, sobre todo su confianza en Dios, la caridad en el ejercicio de su profesión como médico y su amor solidario al prójimo.
“Del creyente debe brotar desde su corazón una actitud siempre de bondad, así lo vivió José Gregorio, no hacía alarde de lo que él era sino era la gente que decía que era un hombre de Dios, el santo, el beato, un hombre de Dios. Alguien que decidió ser entre los más pobres el amigo de todos. ¡Que hermoso es saber ser amigo de Dios y amigo de todos por el servicio, por el trabajo que nosotros realizamos en la cotidianidad de nuestra existencia!”, expresó.
El prelado recordó los calificativos emitidos por el papa Francisco sobre José Gregorio Hernández como médico de los pobres, apóstol de la justicia social, misionero de la esperanza, “que importante es para nosotros saber, como señala la escritura, que en José Gregorio Hernández el buen ánimo lo impulsaba a servir al Señor, tengan buen ánimo, tengan confianza, eso brota de la fe”, enfatizó.
Al culminar la eucaristía, la banda musical parroquial acompañó el retiro del obispo diocesano, sacerdotes, diáconos, seminaristas junto a la imagen y la reliquia del beato trujillano.
Una obra hiperrealista
En el marco del aniversario 160 del nacimiento del laico ejemplar, este viernes fue inaugurada la obra artística hiperrealista del doctor José Gregorio Hernández realizada por el escultor merideño Israel Linares.
Durante el fin de semana estará expuesta en el Santuario de Isnotú, para luego ser admirada en el museo diocesano doctor José Gregorio Hernández
Linares analizó cada una de las facciones y rasgos físicos del “Médico de los pobres” para plasmarlas en tan hermosa escultura que elaboró durante 13 meses.
“Esta es la primera escultura hiperrealista de nuestro beato y que estará expuesta en el Santuario”, posteó @josegregoriohernandezisnotu.
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