Además de un bronceado bonito, las largas jornadas al sol pueden dar como resultado las no tan deseadas manchas en la piel, un problema muy común en las consultas dermatológicas y en los centros estéticos. Las temidas manchas pueden ser causa también del inexorable paso del tiempo, como claro signo de envejecimiento, o aparecen como consecuencia de cambios hormonales. El primer paso para solucionar el problema debe ser localizar cuál de sus diversas causas lo originan.
Bajar la guardia ante el sol tiene sus consecuencias, pero parece que aún no sabemos cómo protegernos. Saber cómo convivir y disfrutar sin riesgos del sol es la asignatura que este mes vacacional nos plantea. De allí que los expertos aconsejan que los cuidados de la piel deben ir dirigidos hacia una buena higiene, con el producto adaptado al tipo de piel y no olvidar, en ningún caso, la hidratación que mantendrá nuestra epidermis en las condiciones óptimas para defenderse de las agresiones diarias. En cuanto a los complementos, podemos preparar nuestra piel antes de la exposición solar para mejorar su estado, obteniendo un bronceado en las mejores condiciones. Por ejemplo, un aporte extra de beta-carotenos, que preparan y potencian el bronceado, también tocoferoles, como fuentes de vitamina E antioxidante, y ácidos grasos esenciales, pueden ser una buena elección.
MEDIDAS PREVENTIVAS
1. La fotoprotección está recomendada en todos los casos. Es evidente el uso de protectores solares, pero no es medida suficiente en los casos en los que no se puede evitar la causa de la aparición de las manchas, como el embarazo o la menopausia, en los que se debe huir del sol lo más posible.
2. Evitar combinar el consumo de antibióticos con el uso de rayos UVA o con la toma prolongada de sol.
3. No aplicar perfumes en zonas expuestas como la cara o el cuello, ya que su contacto con la luz solar puede provocar una pigmentación no deseada.
REMEDIOS A LA MANO
Como lo primero que debe hacerse es distinguir qué tipo de mancha ha aparecido en la piel, lo ideal es acudir antes a la consulta de un médico para que el diagnóstico permita encontrar el remedio idóneo para la misma. Es importante tener en cuenta esta diferencia ya que, mientras que “los léntigos -manchas solares o por envejecimiento de la piel- responden bien al tratamiento del láser y no tanto a las cremas despigmentadoras, el melasma -aquella que aparece por desorden hormonal- no reacciona de forma positiva al láser y por tanto sólo puede paliarse con cremas o un peeling”, recomienda la doctora Elia Roo. En el caso del melasma, si la mancha es superficial puede que desaparezca de forma espontánea una vez que lo hace la causa por la que aparece, ya sea el embarazo o el consumo de píldora anticonceptiva.
Igualmente, no debemos de olvidar realizar una exfoliación facial y corporal, una o dos veces por semana dependiendo de nuestro tipo de piel, para estimular la regeneración celular por eliminación de las células de la última capa de la epidermis. De esta manera, el bronceado que obtendremos será más uniforme.
ADECUADO FILTRO SOLAR
Los filtros solares están dirigidos a diferentes consumidores y tipos de piel. Ellos son los que nos previenen de las quemaduras y los cambios degenerativos de la piel que causan los rayos ultravioleta. Según cómo actúen se clasifican en físicos y químicos. Los primeros actúan sobre la radiación reflejando la luz y se puede decir que actúan a modo de pantalla. Los más utilizados son el óxido de zinc, el dióxido de titanio y la mica. Los químicos lo que hacen es absorber la radiación solar y captan la energía transformando su estructura molecular.
Una recomendación capital es la ingesta de grandes cantidades de agua y otras bebidas no alcohólicas, aún cuando no se sienta sed, lo cual es importante para evitar deshidratarse. También se aconseja evitar exponerse de forma excesiva al sol y utilizar loción con protección solar máxima con antelación a la exposición y volver a aplicarla de nuevo cuando se va a permanecer al sol por un período dilatado.
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