El estado Lara es reconocido como el estado musical de Venezuela por su rica tradición musical, la presencia de diversos grupos y tradiciones referidas a la música y la danza y por ser la cuna de muchos músicos como Alirio Díaz. Por ello no nos extraña la formación de los 529 niños, jóvenes y adultos del municipio Palavecino (Barquisimeto), estado Lara, bajo la dirección del músico de fila y director de ensamble, José Pulido, coordinador del Núcleo Cabudare del Sistema Nacional de Orquestas y de Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela Maestro José Antonio Abreu.
Este Núcleo de Cabudare imparte cinco programas de formación musical, con la finalidad de forjar “la unión entre el hogar, la educación y la música”, según describió Pulido, quien además de arquitecto de profesión es magíster en Estrategias Pedagógicas.
Los programas impartidos son los siguientes: Coral (infantil, juvenil y adultos); Académico Orquestal (preinfantil, juvenil) en violín, viola, chelo, clarinete, entre otros instrumentos; Alma Llanera (inicial, intermedio y superior); Simón Bolívar está referido a la siembra en las escuelas del Ministerio de Educación del aprendizaje del cuatro; y Educación musical para personas con necesidades especiales.
Cabudare, siguiendo la tradición larense en la música, cuenta con ocho escuelas certificadas para el desarrollo del programa Simón Bolívar. Allí Pulido se dedica a la formación de estos jóvenes y, a la vez, a la enseñanza y ejecución del cuatro para todas las interpretaciones folclóricas del centro educativo. Dicho programa apenas tiene 10 años funcionando.
Cabudare cuenta con dos escuelas
Una es la Luisa Cáceres de Arismendi, en la zona norte del Núcleo, y la otra es la Valmore Rodríguez, donde funcionan las aulas de clase.
En el estado Lara tiene, de los 50 años de creado el Sistema Orquestal en Venezuela, 49 años y en Cabudare unos 28 años. Este Núcleo se ha destacado por contar con el mayor número de facilitadores que vienen de ser estudiantes y 18 egresados del mismo Sistema.
De canciones de cunas
Pulido se dedica a la música desde los ocho años; es egresado del Conservatorio Vicente Emilio Sojo y es ejecutante de la percusión y docente en esta área. Considera importante promover la formación musical en los niños. “El ser humano fue diseñado con una característica innata de saber interpretar y mover los sentimientos a través del oído; tal es el caso que el llanto de un niño lo calman las madres con un susurro mediante el cual el corazón se alinea”, acota.
Explica que “esas redes armónicas, esas sinfonías susurradas en el oído como canciones de cunas, ya nos hacen más amplios en nuestra mente para poder absorber la parte musical, por eso no queda más que recomendar a los padres y representantes que los niños deben dedicar tiempo al desarrollo y la interpretación musical para desarrollarse integralmente como ser humano y en lo fisiológico”.
Sobre los aportes de la percusión en los niños, señala que ayuda a la motricidad y a su perfección. “La ejecución del cuatro afina el oído y ayuda también a la motricidad y a delinear los sentimientos”, indica.
Considera que el aprendizaje de cada instrumento tiene un beneficio directo en los niños y jóvenes. Señala que pueden experimentar en la unidad de todos los instrumentos, mover las fibras profundas “que establecen en el alma un buen camino del hombre y allí entonces es como el ser humano tiene la capacidad de interpretar a través de la música y de visualizar el contenido espiritual que tenga tanto él como su prójimo”.
Retos
Pulido apunta como desafío del Sistema Orquestal, el poder “consolidar al ciudadano, al individuo con unas capacidades plenas para mejorar en comunidad todas las necesidades”. Dijo que seguirán trabajando en la misión de “hacer, a través de la práctica, a esa persona integral con valores y capaz de interpretar la parte sensible de todo su entorno y la sociedad”.
Hablan los chamos
En la formación de los niños, se encuentra la joven Jhofraymar Pulido como directora musical de la Orquesta Infantil. Ella desde los tres años formó parte del semillero musical, con mucha disciplina y amor.
“Me siento muy bien”, así lo reseñó Mariana Bastidas, quien tiene 12 años de edad y de los cuales siete los ha dedicado a la música dentro del Sistema Orquestal en Cabudare, siendo su inspiración, el violín. Mariana cuenta con el apoyo de su papá, Oscar Bastidas, quien se encontraba junto a ella al momento de recibir sus clases.
Con apenas seis años de edad, Anthonella Victoria Antiche Díaz, quien forma parte del Kínder Musical, demostró su pasión por la música desde los tres años, contó su madre Petra Díaz, quien la apoya, ya que a la niña “le gusta estar inmersa en la técnica de violín”, añadió.
Otro pequeño músico es Moisés Castillo Fernández, con 11 años de edad y estudiante de quinto grado; sobresale por su dedicación a la flauta dulce y el violín; también es ejecutante del cuatro.
Castillo ya tiene siete años en el Núcleo Cabudare del Sistema de Orquesta, y su madre Perla Fernández manifestó su alegría ante la disciplina adquirida por su hijo dentro del Sistema.
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