El Nobel de la paz para el odio


Hace seis décadas, en la Escuela de Historia de la UCV, alzamos la voz para cuestionar el tal Descubrimiento de América por Colón el 12 de octubre de 1492. Algo que, en las clases de Historia de América de la niñez, se nos impuso como conocimiento colonialista. Y ahora, a nivel universitario el discurso se repite. Desde entonces nos propusimos reunir los elementos documentales necesarios para enfrentar esa supuesta verdad de los explotadores, disfrazados de descubridores.

Estamos así ante la empresa oficial colombina cuyo objetivo era explorar más allá del mundo europeo, en la búsqueda de territorios no utilizados con la idea de tomarlos y poblarlos. A esto se llamó descubrimiento según Las Leyes de Indias.

Pero ese mismo calificativo se dará a los territorios previamente poblados. Y ante la resistencia de los originarios, se aplica una violencia cada vez más extendida. Exterminio ante toda rebeldía. A esto se llama conquista. Y sobre esa base se levantan sus posesiones coloniales.

Son 300 años de imposición de una realidad, una forma de vivir, de pensamiento, creencias, organización, trabajo-producción y valores en general. Todo dispuesto por la legislación de Indias que establece la propiedad privada y la separación entre ricos y pueblos o pobreza.
Y lo más lamentable es que a 532 años se mantenga la esencia misma de esta realidad, a distancia de la mentalidad y pensamiento propios. La conciencia de descubierto e inferior sobrevive independencia, república, dictadura o democracia.
Se bautizó el 12 de octubre como ‘Resistencia Indígena’, pero no tipificamos el proceso de invasiones, exterminios y negación del colectivo-social-pueblo, como entidad de vida y pensamiento. Y a partir de entonces planteamos la tesis de los No Descubiertos: “Nadie descubre a Nadie”. “No hay sociedades cubiertas ni descubiertas”. Sin embargo, esta posición no ha sido oficialmente aceptada y sigue viva la orientación de que hubo un descubridor. ¿Cuándo aclararemos que sólo hubo una invasión que aún pesa sobre nosotros?
Y no se trata sólo de cambiarle el nombre al Ávila por Waraira Repano, como nos señaló reciente el pintor y profesor Antonio Cabezas, y dejar la cruz como símbolo y conciencia del invasor.
Sancho. ¡Tendrá que llegar el día en que se imponga el No Descubrimiento y proclamemos con certeza que tenemos una conciencia, un pensamiento y una condición humana propios!


ultimasnoticias.com.ve

Ver fuente