El Rey del falsete - Últimas Noticias


Sería huérfano por parte de padre en su tierna edad. La carestía en casa lo obligaría a la chamba temprana: limpiabotas y vendedor de periódico en plena niñez.

La mecánica automotriz captaría su atención adolescente. No obstante, su pasión por la música torcería el rumbo de su destino.

En la época dorada, pero competitiva, del cine mexicano, su notoria tartamudez no serviría de impedimento para alcanzar el estrellato. Hablamos del chihuahuense Miguel Aceves Mejía, nacido el 13 de diciembre de 1915.

Era el momento de cambios revolucionarios en su Patria linda y querida.

Sus primeros pasos los daría en su lar nativo y en tierra regiomontana hasta llegar a los Estados Unidos, específicamente a Los Ángeles, ciudad en la que marcaría su carrera grabando su primer acetato. Se hacía acompañar por el trio Los Porteños.

Luego de este éxito poco visible, materializaría uno de sus más preciados sueños: retornar a la capital mexicana y ganarse la confianza de los directivos de la prestigiosa XEW.

Prendería El cantante de oro con un programa llamado Rumbas y Boleros. Ya consagrado en la misma emisora radial -y por una coyuntura sindical- introduciría temas rancheros, acompañado de vistosos mariachis.

Era el comienzo de una larga lista de más de dos mil melodías que quedarían en el cancionero popular latinoamericano. Posteriormente llegaría a afirmar con orgullo: “visité todos los países del mundo y de habla hispana y lo hacía vestido de Charro.” Sin lugar a duda su canción más representativa fue La malagueña.

Su creciente demanda por las masas lo conduciría a la pantalla gigante. Rancho Alegre (1940) se convertiría en su trabajo inaugural. Destacaría entre sus numerosas películas Pecadora (1947), Nosotras las sirvientas (1951), Cartas a Eufemia (1952), La mentira (1952), A los cuatro vientos (1955), Que me toquen las golondrinas (1957), Música de siempre (1958), Amor se dice cantando (1959), El ciclón (1959), Dos tipos con suerte (1960), ¡Viva quien sabe querer! (1960), y Bala perdida (1960).

Aceves Mejía -siempre afín al mundo artístico venezolano- tendría una presencia permanente en el público criollo, visitando incansablemente al país sudamericano.

Recordemos que se haría acompañar en tres películas con Alfredo Sadel: Tú y la mentira (1958), El buena suerte (1961) y Martín Santos el Llanero (1962), la que sería la última participación en el cine del “tenor favorito de Venezuela”.

En Martín Santos el Llanero, la más conocida de las producciones, se buscaba representar las vivencias de “lo venezolano” según la mirada bastante caricaturesca de la hora. La trama versa sobre un casamiento por interés, entre un llanero y una acaudalada mujer, interés que paulatina se transformaría en un sentimiento auténtico que, reponiéndose a enrevesadas situaciones, se impondría sobre todas las distancias sociales.

Esta película rodada en México sería dirigida por Mauricio de la Serna. Las actuaciones de las reconocidas artistas venezolanas, la cantante Adilia Castillo y la actriz Hilda Vera, darían un toque especial al filme. También resaltaría la música de Juan Vicente Torrealba.

El 6 de noviembre de 2006, un Miguel Aceves Mejía nonagenario se despedía en la capital del país norteño. Paradójicamente, una neumonía apagaba circunstancialmente la voz del Falsete de México.


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