Volver a Lenin: Única forma de entender lo que está pasando


Para entender a Vladimir Putin recurramos a aquella reflexión que hizo para el mundo: “El colapso de la Unión Soviética fue la mayor catástrofe desde la Segunda Guerra Mundial”.
El 25 de diciembre de 1991, la Urss se disolvió, fue descuartizada, se dividió en más de una docena de países independientes, entre ellos: Bielorrusia, Georgia, Letonia, Lituania, Rusia, Ucrania. Luego muchos de esos países se aliaron a la Otan y se instalaron bases militares.

La economía planificada, controlada por el Estado en función de la satisfacción de las necesidades sociales, fue desmontada por el capitalismo: se impuso la economía de mercado (la ley de la selva), surgieron los oligarcas y privatizaron el agua, petróleo, electricidad, gas, etc.

Dicha catástrofe fue interpretada por muchos como el triunfo de los EEUU en la “Guerra Fría” (leer: “Sembrando el caos en la Unión Soviética”), el triunfo del capitalismo y “el fin de la historia”.

Poco duró la alegría imperialista. En el contexto del capitalismo ruso, emergió un líder: Vladimir Putin, que reconstruyó el Estado, recuperó los recursos naturales, la autoestima, la disciplina y el temple histórico de la Madre Rusia (potencia militar, energética, nuclear y tecnológica).

EEUU y sus aliados de la Otan contraatacaron: a partir de 2013 iniciaron una guerra contra Rusia utilizando a Ucrania (“cuña del mismo palo”). Fueron 9 años de maniobras, distracciones y engaños: golpe de Estado, aplicaron “ingeniería social” con la que exacerbaron el nacionalismo y la rusofobia, ideas nazifascistas y mercenarios penetraron todo ejército ucraniano, ejecutaron guerras de baja intensidad contra las autoproclamadas (prorrusas) Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk.

El gran engaño: firmaron los “tratados de paz de Minsk” para ganar tiempo y preparar a las Fuerzas Armadas Ucranianas para una guerra programada contra Rusia (le vendieron armamentos, equipos y entrenaron a miles de soldados en varios países de la Otan).
Los objetivos de EEUU-Otan con la guerra económica (sanciones) y militar por intermedio de Ucrania contra Rusia estaban claros: destruirla económica y militarmente y lograr un cambio de régimen. Toca a Putin mover sus fichas.


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