Más de 40 niños, niñas y jóvenes de Guarenas y Guatire, reciben formación en la Escuela Circo Miranda, como parte de los planes de expansión de la red circense en la entidad y en todo el país.
El objetivo es llevar diversión y alegría al público, además de garantizar el relevo de las futuras generaciones de acróbatas, convirtiéndose en un espacio dedicado a cultivar el talento y la pasión por ese tipo de arte.
Esta innovadora escuela, ubicada detrás del bloque 45 del populoso sector 27 de Febrero en Guarenas, ofrece un programa integral que abarca una amplia gama de disciplinas circenses desde acrobacia, malabarismo y trapecio. Los estudiantes tienen la oportunidad de aprender de instructores experimentados y profesionales del circo, quienes los guían en el desarrollo de sus habilidades y en la exploración de su creatividad.
Más que habilidades circenses
Además de las habilidades técnicas, la escuela también se enfoca en el desarrollo de valores como el trabajo en equipo, la disciplina, la confianza en sí mismos y la expresión artística, todo con el apoyo de padres y representantes. Los estudiantes aprenden a superar sus límites, a trabajar en colaboración y a conectarse con su público.
La escuela tiene más de 19 años de fundada, sus inicios fueron como circo social para atender a las comunidades apostando al proceso formativo. La proyección es expandirse a otras comunidades del eje Plaza-Zamora y otros municipios del estado Miranda, con el fin de impulsar el sello venezolano y demostrar que es un arte que requiere mucha constancia, con resultados muy positivos para el mundo del espectáculo.
Nadia Yánez es la directora de la Escuela de Circo Miranda y destacó que en la escuela se busca potenciar el talento de cada uno de los niños y jóvenes en formación, dignificar y visibilizar el circo como una disciplina, porque sus integrantes entran en el rango de alto rendimiento físico por las condiciones que cada uno debe tener para el desarrollo de cada presentación.
Constante preparación
Sobre la preparación, Yánez detalló que los niños comienzan con un plan de 6 meses, donde reciben 5 disciplinas básicas para la preparación y acondicionamiento físico, porque se trabaja mucho el cuerpo.
“El circo es una disciplina complicada, pero tienen la seguridad que les brinda el entrenamiento diario, tienen una exigencia amplia y son objeto de un constante monitoreo”, dijo Yánez.
A la muestra de las capacidades físicas se suma la interpretación de personajes, donde cada estudiante cuenta una historia o muestran un tema que es escogido por ellos mismos y con el apoyo de profesores de teatro y la ayuda de sus padres hacen el sueño realidad.
Destacó que, a través del Ministerio del Poder Popular para Cultura a la Escuela de Circo Miranda le fue aprobado un microproyecto para crear un semillero en Petare y esperan que puedan avanzar y así fortalecer la red nacional de circos.
Un escenario para el talento local
Ricardo Maldonado, productor de la Escuela Circo Miranda, resaltó que en estos momentos hacen vida en la Casa Comunal 27 de Febrero, en el urbanismo que lleva el mismo nombre, y que de la misma forma esperan promover más grupos en las comunidades.
La escuela tiene como objetivo convertirse en un centro de referencia para las artes circenses en la región, ofreciendo un espacio para la creación, la experimentación y la difusión del talento local. Se organizan espectáculos y eventos para que los estudiantes puedan mostrar sus habilidades y compartir su pasión con la comunidad.
Maldonado exhortó a los padres a inscribir a sus hijos en las clases que se dictan de lunes a viernes.
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