A casa llena estuvo la Escuela Técnica Comercial Robinsoniana Pedro Curiel Ramírez, en Coro estado Falcón; con los 106 proyectos productivos desarrollados por los estudiantes de todas las modalidades y niveles educativos.
Como una fiesta pedagógica fue calificada la actividad que agrupó a alumnos de instituciones educativas de los municipios Miranda (Coro), Carirubana (Punto Fijo), Los Taques (Judibana), Falcón (Pueblo Nuevo), Colina (La Vela), Zamora (Puerto Cumarebo) y Tocópero (Tocópero), quienes presentaron sus inventos desarrollados en áreas como la robótica, la ciencia, juegos didácticos, tecnología, agricultura, química y mucho más.
Más de 300 alumnos entre la educación inicial, primaria, media general y media técnica se dieron cita en la actividad junto al Inces y la misión Robinson, con el objetivo de evidenciar que existe talento para la innovación en la región.
La directora del Centro de Desarrollo de la Calidad Educativa, Marelys Castro, estuvo en la feria para felicitar y aplaudir cada iniciativa que fomenta el desarrollo científico, tecnológico e innovador para dar respuestas a las necesidades del país con lo hecho en Venezuela.
“Nos sentimos complacidos y contentos por ver la vinculación de todos los niveles educativos en la generación de inventos productivos y útiles para la vida, los cuales han sido desarrollados a través de la pedagogía robinsoniana, liberadora y transformadora que ha instruido el presidente Nicolás Maduro, cuando iniciamos el período académico tuvimos un reto y hoy vemos los frutos con el apoyo del gobernador Victor Clark”, expresó la profesora rodeada de estudiantes que con orgullo explican sus proyectos y los beneficios de los resultados obtenidos.
La jornada abrió con la presentación cultural del grupo de danza La Avanzadora quienes exaltaron la música venezolana y las raíces afrodescendientes con el tambor.
Y cerró con la invitación por parte de la también secretaria regional de educación a seguir inventando.
Más ciencia, más desarrollo
Entre uno de los proyectos expuesto está el brazo mecánico hidraúlico, su creador Alan Marcano del primer año del Colegio Santa Clara de Asís en la mención de ciencia productiva, explicó que el prototipo funciona a través de la inyección con jeringas cargadas de agua.
“Ellas accionan el brazo desde el puesto de mando, siendo la presión del agua la que genera el movimiento del brazo para agarrar objetos, subirlos y bajarlos, o rotar en su propio eje, a través de los colores se le estableció su función, líquido rojo hace que se mueva en su propio eje, el amarillo que el brazo se flexione, el verde suba y baje y, finalmente, el color azul es para hacer que agarre con pinzas y mueva un objeto del punto A al punto B”, especificó.
El asesor de la unidad curricular de Innovación Tecnológica Productiva, profesor Pablo Trompiz, destacó que estas asignaciones estimulan la innovación para transformar la energía como una solución a aspectos prácticos con el uso, además, de materiales de reciclaje.
En el caso del centro educativo anfitrión, jóvenes de sexto año expusieron el desarrollo del teorema de Pitágoras en la vida cotidiana.
Aseguraron que si un arquitecto está diseñando una casa y quiere asegurarse de que el techo esté nivelado y no tenga pendiente, puede usar el teorema de Pitágoras para medir la diagonal del techo y asegurarse de que tiene la misma medida que la diagonal opuesta.
Entre los participantes, la docente Eliana Hernández de la Escuela Primaria Simón Rodríguez II del Parcelamiento Cruz Verde, indicó que tenían dos proyectos, uno basado en el movimiento del agua con un niño de cuarto grado; y otro en robótica como potencia de la ciencia con estudiantes de tercer grado.
“Ellos les llama mucho la atención los experimentos y se impactan cuando ven movimientos en objetos que no son cotidianos, creo que este es el camino para emprender porque desde aquí descubren a qué se dedicarán en su vida”, sostuvo.
De las participantes más jóvenes, dos niñas de cinco años, del Centro de Educación Inicial Lula Parra de León, se divirtieron con la ciencia en los experimentos, así fue denominado su proyecto.
La docente a cargo de ambas alumnas, Dayannys Álvarez, indicó que a pesar de ser nuevo para ellos, aprendieron con colores, texturas y elementos distintos, por lo que resultó una experiencia fructífera y aportó al aprendizaje cognitivo.
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