Hay Museo de Bellas Artes para cien años más


Zacarías García, artista, investigador y docente, cree que el Museo de Bellas Artes no solo
representa un enclave artístico para la ciudad, una infraestructura patrimonial y reservorio de casi siete mil piezas de un importante muestrario del arte del mundo de todos los tiempos, sino que es, fundamentalmente, un símbolo impreso en el imaginario de
los caraqueños, en sus querencias y su memoria.

Es, al parecer del director general del MBA, el sumario de una serie de emociones desde una esquina del parque Los Caobos: los recuerdos de la infancia de varias generaciones, el
paseo dominguero en familia con helados y patinetas, el jardín de los amores contrariados, hogar improvisado de indigentes trasnochados, vitrina de los creadores. Agrega, con una humildad que asombra: “es el país”.

Reabrió sus puertas luego de siete meses de obligado cierre técnico por labores de recuperación del edificio neoclásico, que llevó adelante el Gobierno nacional a través de la Vicepresidencia de la República, la Misión Venezuela Bella y un equipo de arquitectos que
intentaron en todo momento respetar las propuestas fundacionales de Carlos Raúl Villanueva, quien dejó instrucciones muy precisas de cómo hacerle mantenimiento a la infraestructura que abrió sus puertas el 20 de febrero de 1938, bajo el gobierno de Eleazar López Contreras, si bien existía desde 1917, año en el que comenzó su funcionamiento
desde el Palacio de las Academias.

Entre otros aportes, algunos asombrosos, las columnas dóricas de su patio central fueron despejadas de al menos 15 capas de pintura, para restituir su aspecto original, incluyendo sus ángulos. En las esquinas del edificio se colocaron sensores para repeler los murciélagos
que en sobrevuelo nocturno solían dispersar sus deposiciones fecales sobre las paredes. “Era tan extraordinario Villanueva, que hasta dejó por escrito las mezclas de cemento que utilizaba, a las que les agregaba incluso sábila y marmolina, para que al frisar le dieran la textura que buscaba, y eso lo han recuperado los arquitectos que estuvieron en este proyecto”, puntualiza Zacarías.

“Yo creo que los aspectos estilísticos que se cuidaron para esta restauración, en la jardinería, columnas, circulación, iluminación, aire acondicionado, seguridad con muros levantados sobre las zonas vulnerables, etcétera, han sido muy importantes, quizás los más detallados en la historia del museo”, enfatizó.

Faltan pocos detalles

Además de algunos retoques en oficinas, queda pendiente culminar la restauración del edificio moderno, correspondiente a la segunda etapa del Museo de Bellas Artes que concibió Villanueva como una ampliación más de vanguardia, en formato brutalista, inaugurada por el presidente Caldera en 1973. En esta fase, según Zacarías, resulta vital hacerle servicio a los tensores que constituyen la armazón primordial, además del sistema de aire acondicionado, drenajes, montacarga y ascensores.

“Si a fines del año pudiéramos estar abriendo las 18 salas, del conjunto de los dos edificios, sería todo un éxito”.

García remarca insistentemente la visión proyectiva que le imprimió Villanueva a su obra. Por ello, concluye que el museo siempre es un espacio acogedor y sucede que, en muchas ocasiones, la gente no quiere abandonar sus salas, sus pasillos, sus jardines.

“Calculó todo, hasta la luminosidad natural que podía entrar pues en el museo original no había necesidad de aire acondicionado, la ciudad era muy fresca entonces; la iluminación, incluso, se apoyaba en claraboyas que dejaban pasar la luz filtrada luego por telas de colores. Hoy las condiciones de contaminación y temperatura de la ciudad no permitirían eso, pero yo pienso que el museo sigue teniendo ese clima que nos retrotrae”.

Acceso público

Mientras tanto, de martes a domingo, de 10 de la mañana a 4:30 de la tarde, curiosos, paseantes, caraqueños, visitantes y amantes del arte en general, pueden adentrarse en las exposiciones actualmente activas: Palafitos: espejos del tiempo de Oscar Quintana; Tiempo constructivo de Daniel Suárez; Caobas del Paraíso de Manuel Pappaterra; Estética de lo humilde de José Gregorio Castro; y dos auténticas muestras antológicas de las que Zacarías se muestra particularmente orgulloso: Revisitando la utopía: abstraccionismo geométrico 1948-1958, que compila, entre otros, a Gego, Alejandro Otero, Luis Guevara Moreno, Oswaldo Vigas y Mateo Manaure; y Alba es nuestra América, identidad y resistencia, un esbozo de la importantísima colección latinoamericana que ostenta la Fundación Museos Nacionales y que, según el también grabador y fotógrafo, es el verdadero corazón del museo, donde está representada la élite de los pintores de la región que se exhibirá de ahora en adelante bajo el rótulo Museo Nuestroamericano y que eventualmente tendrá sede fija en el edificio moderno.

Otro valor que le agrega Zacarías García a este monumental empeño, es la constitución desde el Estado de un equipo de profesionales y restauradores que finalmente hagan su trabajo comprendiendo la importancia de las edificaciones patrimoniales, a fin de evitar los daños que algunas veces se hacen, perjudicando irremediablemente algunas estructuras.

En ocasiones el MBA ha llegado a recibir a más de 3 mil visitantes durante un fin de semana, lo que habla estadísticamente de la importancia que reviste no solo como reducto cultural y educativo, sino como espacio de entretenimiento, solo opacado por el Museo de Ciencias que, por razones obvias de espectacularidad, genera mayor fascinación sobre todo
en los más chamos.

Lo que se hizo

Restauración de columnas de la plaza central utilizando mortero especial, restauración de paredes, techos y rejas, construcción de pisos de granito, impermeabilización de techos, limpieza y mantenimiento de maderas. Limpieza de áreas verdes con poda de árboles y ramas. Nuevo sistema de riego. Reparación de elementos de vidrio en puertas. Colocación de nuevas luminarias y reflectores. Sistema de detección de incendios. Reparación y mantenimiento de aire acondicionado. Colocación de equipos para control de plaga. Reparación de ascensores de carga y personal. Recuperación del perímetro del museo: construcción de nueva pared de borde, recuperación de portón de acceso al estacionamiento, demarcación del estacionamiento y Mantenimiento vial, entre otras labores.


ultimasnoticias.com.ve

Ver fuente