La llegada del Papa León XIV a Líbano fue recibida con un mensaje de bienvenida y agradecimiento por parte de la Resistencia libanesa (Hezbolá), que destacó la riqueza geográfica y la diversidad religiosa del país como pilares de estabilidad y seguridad nacional.
En su declaración, el movimiento recordó las palabras del Papa Juan Pablo II, quien definió a Líbano como “un mensaje” más que una nación. Bajo esa premisa, subrayó que el mosaico cultural y religioso del país constituye un puente de civilización entre cristianismo e islam, y entre múltiples tradiciones que conviven en la región.
Hezbolá también reconoció en los mensajes del Pontífice un firme compromiso con los derechos humanos, aunque enfatizó que estos deben entenderse en una dimensión colectiva que abarque pueblos y naciones. Señaló que gran parte de los conflictos actuales se originan en la negativa de actores internacionales a reconocer los derechos de otros por motivos de religión, raza o intereses.
La organización vinculó esta reflexión con la situación en Gaza, denunciando que la ocupación israelí ha despojado al pueblo palestino de sus derechos fundamentales y que la comunidad internacional ha fracasado en imponer la justicia como base de solución. Asimismo, advirtió que Líbano sufre agresiones similares, con intentos de control sobre sus recursos y territorio, respaldados por grandes potencias.
En este contexto, Hezbolá reafirmó su compromiso con la coexistencia interna, la democracia consensuada y la defensa de la soberanía nacional. Ratificó su apoyo al ejército y al pueblo en la lucha contra cualquier forma de ocupación o injerencia extranjera.
Finalmente, el movimiento expresó confianza en que el Papa León XIV, como líder espiritual, rechace la opresión y la agresión que enfrenta Líbano, en consonancia con los valores de justicia y dignidad humana que promueve la Iglesia.
El papa León XIV: la religión se utiliza con frecuencia «para justificar guerras y atrocidades»
El papa León XIV —en su tercer día de visita a Türkiye— entró por primera vez en una mezquita durante su pontificado al recorrer la Mezquita Azul, en Estambul. Sin embargo, decidió no orar dentro del recinto, gesto que sí tuvieron sus predecesores.
El muecín Askin Musa Tunca contó que esperaba un momento de alabanza del papa en la mezquita de Sultan Ahmed, pero el pontífice respondió que solo quería visitarla.
Posteriormente, celebró una misa y se reúne con el patriarca Bartolomé. En su homilía denunció que «vivimos en un mundo en el que, con demasiada frecuencia, la religión se utiliza para justificar guerras y atrocidades», durante la misa que celebró en Estambul ante 4.000 personas de la pequeña comunidad católica del país.
«Vivimos en un mundo en el que, con demasiada frecuencia, la religión se utiliza para justificar guerras y atrocidades. Sin embargo, nosotros sabemos que, como afirma el Concilio Vaticano II, la relación del hombre para con Dios Padre y con los demás hombres sus hermanos están de tal forma unidas que, como dice la Escritura: el que no ama, no ha conocido a Dios”, dijo el papa en su homilía.
La visita apostólica del Pontífice continuará en Beirut entre el 30 de noviembre y el 2 de diciembre, en medio de un clima marcado por ataques y tensiones en la frontera sur.
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