Eddie Palmieri, músico que alentó algunos de los saltos evolutivos más importantes de géneros como la salsa y el latin jazz, marcó tras su muerte, ocurrida el miércoles pasado en su casa de Nueva Jersey tras una larga enfermedad que le obligó a cancelar sus presentaciones, el fin de una época dorada de la música del Caribe.
Cercano e incondicional con Venezuela, el pianista, compositor y arreglista de 88 años de edad se presentó en infinidad de ocasiones en el país. Los melómanos caraqueños lo recuerdan especialmente por su participación en el Suena Caracas de 2012 junto a su orquesta de entonces, La Perfecta II, frente a una plaza Diego Ibarra abarrotada de seguidores que danzaron y corearon sus clásicos, banda sonora de una caraqueñidad macerada en las notas ásperas de «Muñeca», «Café», «Vámonos pal monte», «Pa huelé», «Azúcar» y muchas otras. Al país arribó por primera vez en los Carnavales de 1963, acompañando a Tito Rodríguez, nos recuerda el cronista musical caraqueño José Antonio Cedeño.
Nació el 15 de diciembre de 1936 como muchos “nuyoricans” en el Spanish Harlem, producto de la diáspora puertorriqueña hacia Nueva York. En su caso, la amalgama cultural de la urbe le permitió nutrirse de la identidad latinoamericana y así, con 14 años y tras abandonar la percusión para dedicarse al piano, creó su primera agrupación, la cual absorbió los sonidos de la charanga, el son y las big bands de los años cincuenta. En 1961 creó La Perfecta junto al trombonista Barry Rogers y el cantante Ismael Quintana, agrupación que sentó las bases de la salsa que disfruta el bailador, al desechar violines y flautas e incorporar una sección de trombones como protagonistas melódicos.
Llamado “el sapo” por su peculiar forma de clamar guturalmente y encorvar el cuerpo mientras ejecutaba su instrumento, fue el primer latino en ganar un Grammy y ganaría siete más a lo largo de una carrera que abarcó casi 40 discos, además de incontables colaboraciones musicales.
«Ya nada puede ser igual en la música”, escribió el cantante Bobby Cruz en su Instagram. La India hizo lo mismo: “Su legado es inmenso, y su influencia en mi vida artística es eterna”. El bajista y arreglista Bobby Valentín colgó un comentario jocoso en Facebook: “Siempre decía que nosotros éramos ‘The last dinosaurs’ (Los últimos dinosaurios). Su legado musical será recordado siempre por todas las generaciones”.
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