Llevó al hermano a la policía por generar caos en la casa


En el pasaje siete de la avenida Leonardo Ruiz Pineda de San Agustín, en Caracas, una familia vivió momentos de dificultad debido a un conflicto que se generó con uno de sus integrantes, un hombre de 75 años que no se dejaba ayudar y, en cambio, respondía con gritos y malas palabras.

La oficial del Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana, Leonibeth Lozano, fue la encargada de mediar para encontrarle solución al caso en la sede del Servicio de Policía Comunal de la parroquia San Agustín.

Lozano contó a Últimas Noticias que la raíz del problema era la actitud del adulto mayor que fue señalado de ser problemático y grosero. La persona que recurrió, en calidad de solicitante, al apoyo de las fuerzas de seguridad fue la hermana del señor, también adulta mayor, quien es la madre de dos integrantes de la familia. Junto a ellos vive su esposo, que ya estaba cansado del comportamiento de su cuñado.

Las acciones del septuagenario que vive con ellos desde hace varios años generaron incomodidad no solo a quienes conforman la familia, también a la comunidad, ya que cada vez que sus sobrinos, su hermana o cuñado se atrevían a ofrecerle ayuda, o se le acercaban a conversar, este se irritaba y los violentaba verbalmente, haciendo tanto ruido que se escuchaba en los alrededores.

El conflicto que afectó a las cuatro personas escaló a tal punto que temían que, en algún momento, el hombre se excediera y les hiciera daño físico. Los cuatros perjudicados que se vieron involucrados en esta disputa no aguantaron los maltratos, las malas respuestas y groserías del adulto mayor y tomaron la decisión de dirigirse a las autoridades para que lo hicieran entrar en razón.

La denunciante alegó que ella, sus hijos y esposo querían que le aclararan a su hermano que, pese a ser un adulto mayor, tiene deberes y responsabilidades con su entorno social. Además, que si actúa de forma errónea, debe asumir las consecuencias.

Ante la escalada de la situación, la oficial Lozano le propuso a la afectada realizar un proceso de mediación con el señor, puesto que así podrían conversar poniendo como bases del diálogo las normativas municipales.

Mediación

Pasaron algunos días, cuando, finalmente, los hermanos se pudieron reunir en la sala de resolución de conflictos de la parroquia San Agustín, donde Lozano los atendió y orientó para que el debate se realizara en términos de respeto.

La funcionaria explicó las normas para empezar con la conversación, tras lo cual dio la palabra a la mujer que llegó al Servicio de Policía Comunal en representación de los perjudicados, asimismo, asesorada por miembros de la comunidad que ya habían hecho uso del servicio que presta el Cpnb. La mujer hizo un resumen del relato recordando cuál era la actitud de su hermano y describiendo el ambiente hostil que se vivía en su casa debido a ese comportamiento. Afirmó que cuando él no estaba en la vivienda abundaba la armonía y disminuía el estrés.

El hombre, visiblemente asombrado por las declaraciones de su hermana, alegó que ellos le molestaban mucho y que lo único que les pedía era que lo dejaran tranquilo. Asimismo, dijo que él no les pedía ayuda como para que se la estuvieran ofreciendo.

Lozano notó la irritabilidad del señor y, frente a su rechazo, debió invitarlos a reflexionar. Tras una charla, les exhortó a ambos que debían evitar las contrariedades porque no solo dañaban la relación familiar, también preocupaban a los vecinos que se quejaban de las peleas.

Compromiso

Pese a que por un momento se creía perdida, la conversación logró desarrollarse de manera civilizada, siguiendo las normas del buen hablante y buen oyente. Ambas partes tuvieron la oportunidad de expresar sus puntos de vista, lo que facilitó la búsqueda de acuerdos que satisficieran a todos los involucrados.

Como resultado de la mediación, se firmó un acta de compromiso que estableció las pautas a seguir para evitar futuros conflictos. En conclusión, se comprometieron con evitar la violencia física, psicológica y verbal; el hostigamiento y la persecución; y a involucrar a terceras personas en la controversia.

Entretanto, el adulto mayor dijo que se comprometía con no gritarle groserías a sus familiares, mientras que la mujer precisó que respetaría el espacio de su hermano, y le consultará antes si necesita algún tipo de ayuda.

La oficial Lozano aseguró que los funcionarios de la Cpnb asumieron la responsabilidad de hacer seguimiento al avance de los acuerdos y en caso de una reincidencia tomar medidas más severas.

Normativas

Durante el proceso se identificaron violaciones a las normas de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana para el Civismo y la Justicia de Paz Comunal del municipio Libertador de Caracas, específicamente en lo relacionado con el respeto mutuo entre familiares.

El artículo 15 que contempla los deberes de toda persona en su condición de integrante de una comunidad llama a cumplir con las normativas de convivencia social estipuladas en la legislación nacional y en la presente ordenanza, así como con las normativas generadas por su comunidad. Así se rescata los principios sobre el respeto a los derechos humanos.

Legislación en detalle

Justicia de paz comunal. En el artículo 36 de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana para el Civismo y la Justicia de Paz Comunal del municipio Libertador de Caracas se abordan la convivencia comunal para el logro o preservación de la armonía en las relaciones familiares, la convivencia vecinal y comunitaria.

Seguridad ciudadana. El numeral 21, del artículo 11 de la ordenanza, la define como la acción integrada que desarrolla el Estado en corresponsabilidad con la ciudadanía, destinada a asegurar y proteger la convivencia, la mitigación de riesgo, la prevención del delito y la erradicación de la violencia.

Deberes de solidaridad social. El artículo 14 de la ordenanza contempla la participación de las autoridades en cualquier tipo de situación de violencia, que implique maltrato físico, psicológico o verbal contra cualquier persona, sin discriminación alguna.


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