Luis Lira deja rastros de su vida en sus novelas


Isabel Iturria Caamaño, presidenta de la Fundación Hospital Cardiológico Infantil Latinoamericano Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa, afirma que en El rostro de un enigma el autor va decantando parte de su propia vida.

Es que Luis Lira Ochoa, nacido en Pariaguán, estado Anzoátegui, y criado en Maracay, no esconde su propia historia en las páginas de su obra novelística. Pluma Negra, su primera creación, esboza pinceladas personales desde la memoria de sus padres y sus abuelos.

El Dr. Luis Lira Ochoa, escritor, Director del Hospital Clínico de la UCV, bautiza su creación “El rostro de un enigma” editada por la editorial Fundación Koeyú Latinoamericano, literatura venezolana clasificada como moderna y contemporánea. Foto: María Isabel Batista/ Archivo Fotográfico/ GÚN

Esta, su segunda novela (editada por Koeyú), si bien es ficción literaria, tiene guiños autobiográficos. Iturria, quien conoce a Lira desde hace 40 años cuando transitaban los estudios de medicina, la bohemía caraqueña y la militancia de izquierda, lo certifica.

En realidad es su cuarto libro: La isla que fuiste y Trazos límbicos son dos poemarios que como delatan sus títulos, revelan al psiquiatra detrás del tintero, quien además hoy ejerce de director del Hospital Universitario de Caracas, donde la semana pasada presentó su libro.

Desde el inicio resulta inquietante: un adolescente encuentra su rostro en un libro de historia del arte, allí comienza una búsqueda. Carlos Ortiz, editor y quien estuvo en la producción del texto, asegura que “esta es una novela que se lee con tal facilidad que se acaba muy rápido”, lo que llega a ser un problema y una gran virtud. 215 páginas que vuelan.


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