El presidente Luiz Inácio Lula da Silva encabezó el desfile cívico-militar por el Día de la Independencia en Brasilia, reafirmando el compromiso del país con la soberanía, la democracia y la justicia.
En medio de tensiones con la administración estadounidense por sanciones y aranceles, el acto se convirtió en una demostración masiva de respaldo popular y defensa institucional.
Un desfile con memoria, fuerza y propósito
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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva (2-i), al encabezar este domingo, 7 de septiembre, el desfile del Día de la Independencia de su país, en la Explanada de los Ministerios, en Brasilia (Brasil). EFE/Andre Borges -
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, al encabezar este domingo, 7 de septiembre, el desfile del Día de la Independencia de su país, en la Explanada de los Ministerios, en Brasilia (Brasil). EFE/Andre Borges
La ceremonia se realizó en la Explanada dos Ministérios, lugar simbólico donde en 2023 se intentó un golpe de Estado. Esta vez, más de 45.000 ciudadanos, junto a autoridades civiles y militares, se reunieron para celebrar la independencia y rechazar cualquier intento de injerencia extranjera.
Lula, con la banda presidencial, pasó revista a las tropas y presidió el desfile bajo los lemas “Brasil soberano” y “Brasil de los brasileños”. Los temas centrales incluyeron los programas sociales, la COP30 y la visión de un Brasil del futuro.
Soberanía frente a presiones externas
En su alocución previa, Lula fue enfático: “Brasil no será colonia de nadie”. Rechazó las sanciones impuestas por el gobierno de Trump y denunció las maniobras para amnistiar a los responsables del intento golpista de 2023. El presidente recordó que la Constitución garantiza la independencia entre los poderes, y que el único dueño de Brasil es su pueblo.
Mientras se desarrolla el juicio contra Jair Bolsonaro y sus aliados, Lula reafirmó que la justicia debe actuar sin interferencias. La respuesta del gobierno estadounidense —que incluye sanciones a jueces y aranceles del 50%— fue calificada como una “caza de brujas”, lo que intensificó el clima de tensión diplomática.
El desfile por la independencia no solo celebró la historia de Brasil, sino que proyectó una postura firme ante el mundo: defensa de la democracia, rechazo a la injerencia y unidad nacional. En tiempos de presión internacional, el mensaje fue claro: Brasil se planta con dignidad y decisión.
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