Mirada protegida - Últimas Noticias


Cuidar los ojos de los pequeños de casa es una garantía de futuro: las largas exposiciones no son recomendables y, cuando llega el buen tiempo, los riesgos se multiplican. Por ello hay que advertir al niño que la belleza y la alegría que llega con el astro rey también incluye ciertos peligros bajo su haz. “La actividad que mantienen los niños al aire libre y los beneficios que ello comporta, no nos hacen conscientes de que están expuestos si no llevan la protección adecuada. Pero además de la piel hay que prestar especial atención a sus ojos”, recomienda el oftalmólogo Miguel Ángel Suárez, para quien los adultos debemos tener en cuenta que los lentes no son un juguete, de ahí que a la hora de incorporarlas a la actividad diaria del niño, el pequeño debe conocer las consecuencias de no hacerlo y que debe tratarlas como un objeto que redunda en su beneficio, explicándoles que, aun llevándolos puestos, nunca debe dirigir su mirada directamente al sol.

Los oftalmólogos recomiendan proteger los ojos de los niños sobre todo en la playa y en la montaña puesto que los pequeños son muy sensibles a los rayos ultravioletas. El profesor José Fernández Vigo, catedrático de Oftalmología, explica que hay que evitar que los infantes miren al sol a través de prismáticos o telescopios ya que “puede producirse una quemadura irreversible”. La exposición excesiva, especialmente en las horas del mediodía, hace que se puedan producir pequeñas quemaduras superficiales en los ojos. Son muy molestas, pero no graves’, dice Fernández Vigo.

Excursiones en la montaña o largas jornadas en barco o en la playa son momentos en los que hay que tener un cuidado más específico. ‘Especialmente con los niños con ojos claros y piel poco pigmentada’, comenta el oftalmólogo, quien afirma que los tres años es una edad a la que hay que empezar a tomar precauciones.

La reflexión solar es tan dañina como la que se produce en la playa, donde Fernández Vigo recomienda un truco para las horas de máxima exposición que consiste en que los niños utilicen lentes de natación. ‘Hay marcas acreditadas que incorporan en sus cristales el filtro solar adecuado, con lo que podemos conseguir que, al menos en las horas del baño, los niños estén debidamente protegidos’. En la montaña los rayos de sol son más agresivos y se recomienda una protección de grado tres. Al adquirir los lentes de sol, los padres deben tener en cuenta que en algún momento su hijo los morderá o jugará con ellos, de forma que los materiales deben ser seguros.

PROTECTOR FUNDAMENTAL

La categoría del cristal se mide por una escala del 0 al 4. Desde lentes para interiores a lentes para luminosidad muy alta. Los hay de distintos tonos de cristal: amarillos, grises, marrones, verdes o azules. Unos aumentan contrastes y otros ofrecen colores más naturales. La recomendación es dejarse aconsejar por un profesional. A su vez, Verónica Carceller, experta en Cosmética e Higiene, explica que en la montaña los rayos de sol son más agresivos y se recomienda una protección de grado tres, ‘ya que la de grado dos sería insuficiente para proteger la vista del pequeño’. Su experiencia le dice que los padres buscan protección y calidad visual en los lentes de sus hijos.

MODELOS DIVERTIDOS

Las firmas especializadas desarrollan una amplia gama de este producto y ofrecen una extensa variedad de modelos actuales de divertidos diseños, para niños y niñas, que van modificando sus características en función del rango de edad. Los lentes para niños de meses se presentan con patillas y montura flexible para adaptarse a la cara de los más pequeños. A partir de un año tienen patillas flexibles y montura rígida, y, de dos hasta cinco, son totalmente rígidas.


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