De San Remo a Caracas


Como cada vez que abre la boca crea una tormenta, uno se ve obligado a hablar de él (aunque creo que nadie se disfrazó de Trump en Carnaval).

Como se ha dicho, sus palabras siempre son amenazas, típicas de un “jugador rudo”. Uno no sabe si van a hacerse efectivas, pero las lanza. Por supuesto, es un “bocazas”, dice lo que otros piensan, pero sin disimulo. Si usted no lo cree, puede revisar los hechos del señor Obama, que con gestos más elegantes y en lenguaje políticamente correcto, expulsó migrantes, mando a asesinar gente e inició guerras, dejando claro que “hay que torcer los brazos de aquellos que no entiendan nuestros intereses”.

Como sea, el señor Trump ha encauzado las emociones de muchos que en los Estados Unidos han visto frustradas sus esperanzas de tener un empleo digno y bien remunerado. Esa misma gente que de otra manera expresa su rabia conformando algunos de los cientos de grupos que en aquel país aparecen registrados como organizaciones extremistas. Para ello ha conseguido culpables (los inmigrantes delincuentes y los supermillonarios) y ofrece sus remedios con empaque “vaquero” (es decir, rudo y sin escrúpulos, con el perdón de los vaqueros de verdad).

Es también vocero de un gran capital gringo que se siente amenazado ante la globalización impulsada por las mayores transnacionales. Habla mal de ellos, pero ahí está el señor Elon Musk, y cualquier otro que siempre prefiere estar en el carro de los ganadores.

Como sea, las palabras ya siembran y generan el combustible de un enfrentamiento global. Y ya tienen víctimas, como los inmigrantes que no llevan sus hijas e hijos a las escuelas, que han tenido que abandonar sus empleos y dejar de exponerse en otros sitios públicos.

Como los palestinos que saben que las palabras del jefe son una autorización para que Israel se afinque en el genocidio. Como las crisis económicas que producen ya el anuncio de subida de aranceles para las exportaciones mexicanas o ecuatorianas (o canadienses o chinas). Contra nosotros ha retirado la licencia a Chevron para hacernos daño, y cualquier excusa es buena.

Está sembrando por el mundo un escenario de guerra que puede explotar por cualquier parte.

centrodescolonizacionvzla@wordpress.com


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