Las redes y la prensa yanqui, machista como un charro mexicano –aunque disimulen esta característica–, por estos días escoge “al hombre del año” y admito que es una decisión importante, aunque antes de decidir el ganador, por lo general, ya está escogido.
Las redes nuestras y no pocos opinadores se unen a la escogencia del “hombre del año” que hacen los medios estadounidenses. Este año es de esperar que la decisión de nuevo esté politizada.
La mayoría sugerirá el nombre del presidente electo de Estados Unidos, al pasar por alto que la mayoría de los escogidos hasta ahora por Donald Trump ,para que le acompañen en este nuevo período, son enemigos de Venezuela.
¿Qué es otra raya para un tigre si ya han ofrecido entregar el Esequibo?
Esta oposición, capaz de cualquier acción en contra de nuestro país, podría, si lo desea, nombrar hombre del año a EGU, candidato que obviamente no se va a presentar a recoger su premio y que carga sus garrafales errores sobre la cansada espalda; lo mejor será desecharlo como él nos ha desechado.
La opción MCM, aunque con chance, me parece descartada no solo por la manera mentirosa como salió del país mientras en las redes afirmaba “estar luchando en Venezuela”, sino porque en general es detestada por todos los factores que desde el exterior financian a este o aquella locutora o periodista.
Quedaba otra opción que venía punteando hasta que Yulimar Rojas se lesionó y no pudo participar en las Olimpíadas de París.
Y así el campo de escogencia se limita porque no se ven gobernadores o alcaldes con los quilates suficientes para ser el venezolano del 2024.
Sin embargo, hay un venezolano que durante el año pasado siempre estuvo al frente de los ataques y barbaridades que Estados Unidos y la Unión Europea han lanzado con el carácter injerencista de sus políticas que apuntan a nuevas formas de colonialismo.
Un venezolano que nunca perdió la calma, que llamó a la unidad y a la paz, que mantuvo a flote el barco del Estado, a pesar de las sanciones, y que administró el país con un presupuesto, aproximado a la cuarta o quinta parte de lo que fue cuando el petróleo se vendía a más de cien dólares el barril.
Ese venezolano que ahora llama a superar el rentismo y a prepararnos para exportar es Nicolás Maduro Moros, así chillen los enfermos de polarización, manejados desde Madrid, Miami y Bogotá.
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